domingo, septiembre 07, 2014

El rayo verde

Suelo llegar tarde a los sitios, me pasa a menudo; y eso que soy puntual. Explico. La primera vez que sentí ese vacío, como si llegara a una fiesta y estuviera ya sonando la última canción fue al descubrir a Queen. El grupo inglés apareció en mi casa a mis nueve años cuando regalaron a mi padre por su cumpleaños el Greatest Hits II, era el 30 de octubre de 1991. Recuerdo bien el año porque Freddie Mercury murió apenas un mes después. Entonces sentí esa sensación de vacío, al comprender que Queen nunca más volvería a sacar un disco nuevo y no fue agradable. Luego descubrí que ese grupo había grabado una veintena de discos de estudio durante las dos décadas anteriores y me dediqué a rebobinar en su historia a recorrer el camino ya hecho, mientras los miembros vivientes del grupo se dedicaron a mirar al futuro editando y reeditando todo lo que su cantante hubiera dejado a medio grabar por ahí. Pero esas dos historias se quedan para otro día.

Otras veces la sensación no es tanto de un vacío sordo, sino más bien de desconcierto... Como si leyera un libro al revés, empezando por la última página y descubriendo la historia a destiempo. Me explico otra vez.

Supe de la existencia del rayo verde por primera vez al escuchar El fuego amigo del Sr. Chinarro, disco al que a su vez llegué tras haber descubierto los dos posteriores (El mundo según y Ronroneando). En su disco de 2005 hay un corte titulado “El rayo verde”, que llama la atención por su melancolía, por la guitarra que suena por detrás, el pegadizo estribillo y porque la historia narrada esconde algo que invita a escucharla tantas veces como haga falta, hasta que descubrir de qué se trata.

Luego llegué al verdadero rayo verde.

Más tarde di con “El rayo verde” o Le rayon vert, película del cineasta francés Éric Rohmer. Pertenece a su ciclo “Comédies et Proverbes” (que se puede traducir sin ningún miedo por Comedias y Proverbios). Se publicó en 1986 y recibió el premio en el Festival de Cine de Venecia el mismo año.

La película narra el verano de Delphine, una joven adulta que no parece encontrar el camino en su vida. Al haberla dejado su novio recientemente, se queda sin planes para el verano. Sucesivamente, amigas y conocidas más o menos cercanas le irán proponiendo planes en grupo o en solitario. Delphine fracasará en todos ellos, poniendo de manifiesto lo inestable de su vida: no es sólo la pareja sino también las amistades, el trabajo, la familia y la visión de la vida en general. Todo parece inestable y, finalmente, la búsqueda del rayo verde que en una novela de Julio Verne del mismo nombre decían que permitía a quien lo viera “comprender tus propios sentimientos y los de los demás”, parece ser la clave para que Delphine pueda escapar a su soledad.


Y, por último y gracias a la película, llegué a “El rayo verde”, novela de Julio Verne publicada en 1882. Todavía no he terminado de leerla, me faltan unas treinta páginas, tanto da. Miss Helena Campbell ha convencido a sus tíos, los hermanos Melvill, para que la lleven a ver el rayo verde. Como cuando lo vea será capaz de “comprender tus propios sentimientos y los de los demás”, podrá elegir al marido adecuado, aquel que la ame de veras y al que ella ame. Es, al parecer, la novela más romántica de Verne. Y bueno, vale que es Verne, y que los personajes son bastante planos, y tópicos, y que el desenlace se ve venir desde la primera página, y que parece que lo único que le interesa es contarnos lo bien que se conoce las islas Hébridas y lo mucho que sabe de barcos. Pero poco importa.

La culpa es mía, por haber llegado ciento veinte años tarde. La novela precedió a la película que precedió a la canción. La historia es la misma, y se lleva contando más de un siglo, y aquí ya no quedan ni Julio ni Eric, y dudo que Antonio me pueda contar mucho de ellos, así que sólo puedo rebobinar, y darle al botón del play, y volver a rebobinar, así hasta que por fin yo también alcance a conocer la historia tal y como se construyó y de paso, con un poco de suerte, lograr ver ese maldito rayo verde.

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