Her, de Spike Jonze. La crítica positiva (y despues la negativa)

Alerta #1 : Post con spoilers.

Alerta #2: Her NO es una película acerca de un hombre que se enamora de su sistema operativo.

Fuimos el otro día a ver en el cine Her, la nueva película de Spike Jonze, habitual del videoclip musical y director de “Cómo ser John Malkovich”, protagonizada por Joaquin Phoenix, Amy Adams (qué buena que es) y Scarlett Johansson en los roles principales.

La película sigue a Theodore, aplicado escritor de cartas personales para la página web BeautifulHandwrittenLetters.com, que vive sólo desde hace cerca de un año tras la ruptura de su matrimonio. Lleva una vida de urbanita con pocos encuentros sociales. No intima con sus compañeros de trabajo, no parece tener contacto con su familia y sus únicos amigos cercanos son un matrimonio que vive en su mismo edificio. Pasa los días del trabajo a su casa, juega a los videojuegos (ocio individual), recibe emails de publicidad y acude ocasionalmente a alguna fiesta. Busca encuentros sexuales a través de Internet: sexo telefónico exprés sin necesidad de contacto real. Y por la calle, todo el mundo va colgado de un pinganillo inalámbrico que hace las veces de ordenador, un Siri avanzado, y es que la historia se sitúa en un futuro cercano e indeterminado.

Ese futuro indeterminado está lo bastante cerca nuestro como para resultarnos conocido, y lo suficientemente lejos como para romper ciertas normas y encontrar la excusa que lanza la historia. Nos resulta conocido en la vida tecnificada, el dominio creciente de las redes sociales en el desarrollo de las relaciones interpersonales y el aislamiento social. Y se acerca a la ciencia ficción con detalles como esa ciudad mezcla de Los Ángeles y Shanghái o esos ipods evolucionados que no son más grandes que un tapón para los oídos. Y luego está Samantha, claro está.

La vida del solitario Theodore y la del espectador cambian cuando el primero se hace con un nuevo sistema operativo, el OS1, que posee una aparentemente revolucionaria inteligencia artificial. Theodore elige que tenga voz de mujer, responde a un par de preguntas chorras y taaaraaaaaaan… !! Samantha sale de la nada. Con acceso a todos los recuerdos digitales del protagonista, imágenes, música, vídeos, programas… Y a su correo electrónico, Samantha se convierte en una especie de secretaria personal que pronto conoce en profundidad a Theodore. Y entre los dos y gracias al pinganillo que Theodore lleva todo el día en la oreja, se comienza a forjar una relación basada en esa nueva intimidad y en la relación maestro-alumna que se establece puesto que Samantha no conoce nada del mundo que le rodea. En otras palabras, se hacen amigos.

En este punto la película se ayuda de la ciencia ficción; aquí tenemos a un sistema operativo con una sensibilidad comparable a la de un humano que sirve a la historia para responder al dilema de siempre: Las dificultades que encontramos para establecer relaciones con nuestros semejantes; siempre los mismos errores, las mismas barreras y, a medida que nos hacemos mayores, con menos ilusión por establecer nuevos contactos. Enfrente, la necesidad irrefrenable de seguir relacionándonos con otros, función vital del ser humano.

Así que la relación entre Samantha y Theodore evoluciona fruto de la admiración que sienten el uno por el otro. Ella descubre la vida humana a través de Theodore y él se siente fascinado por su complejidad, capacidad de aprendizaje y conocimiento. Un par de señales extrañas, un amago de celos y la relación evoluciona: se convierten en amantes.

¿Cómo? ¿Amantes? ¡Pero si es un ipod! Ya, ya, que no tiene ni pies ni cabeza, ya sabemos. Pero que nadie se asuste, la misma duda se plantea en la película, tanto en el seno de la nueva pareja como entre sus allegados. Están los partidarios, con su lema de “all you need is love” y los contrarios, con su lema de “madura chaval, y deja de hacerte pajas con tu ordenador”. Theodore, por su parte, sigue adelante con su “salgo con mi ipod, qué pasa”. Que cada uno escoja su bando y disfrute de la fotografía y la banda sonora de Arcade Fire hasta llegar al desenlace.

Voy terminando. Her sigue la estela de tantas otras obras que han fantaseado acerca de la relación entre humanos y computadoras (o inteligencias artificiales): Odisea 2001, Blade Runner, Black Mirror, la muy recomendable Real Humans (serie sueca que va por su segunda temporada) o incluso Matrix, ahondando en dos cuestiones principalmente: ¿hasta dónde puede llegar la complejidad de las inteligencias artificiales? ¿Serán algún día comparables a las de los seres humanos? ¿Llevará esto a una igualdad de derechos entre humanos y computadoras? ¿Nos llegarán a superar? Y, por otro lado, la idea sobre la que más se centra Her: ¿podemos considerar “reales” nuestros sentimientos hacia seres artificiales, por muy complejos que estos sean? ¿Será lícito equiparar los sentimientos hacia computadores con los sentimientos y relaciones entre humanos?

Puede que Her no aporte nada nuevo al fondo de la cuestión pero desde luego nos propone considerarla mucho más cercana que otras historias semejantes, en el momento que se libra de la parte robótica y nos propone empezar a mirar a nuestro Siri con otros ojos…

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Si ya es difícil que leamos un post, como para leer dos, así que lo junto todo.

Como bien dice el cocodrilo, ‘Her’ (supongo que entre otras cosas) intenta abordar el tema de las relaciones hombre-máquina, explorando la posibilidad de una historia de amor entre un solitario Theodore y una inteligencia artificial avanzada (y tanto que avanzada), su OS. Quizá el tema no es extraordinariamente nuevo pero desde luego hay hueco para interpretaciones y análisis. Por tanto, nada en contra del tema de la película.

Ahora, esto ya es personal. Spike,  Theodore, Theodore, Spike. Vamos a ver. Para empezar quien coño trabaja escribiendo cartas de amor? Bueno, la peli acaba de empezar así que esa te la paso. Pero venga, ahora analicemos fríamente que nos queréis contar en ‘Her’, y como lo contáis. Theodore, eres un tío  melancólico y sensible. Vale. Ya está claro. Ya lo he pillado. Que como me he dado cuenta? Porque soy un tipo perspicaz.

Perdonad, me han venido muchas imágenes a la cabeza, voy a lavarme los ojos con ácido sulfúrico.

Decía: eres taaaaaan sensible, taaaaaan intenso, hay tanta melancolía en el mundo, verdad Theodore?, que al cuarto de película comienzas a resultar molesto, y a la mitad sencillamente grotesco. Suspiras a cada paso por la belleza que hay en el mundo y claro, eres un inadaptado en la aséptica sociedad de la tecnología. Eres un tío intenso, Theodore. Intenso de cojones. Ahora, no me preguntes nada más acerca de ti porque no hay más en toda la película. El amor y la melancolía. Eso es todo. Sí, eres tan intenso que me resulta imposible considerarte como un personaje real, que podría existir, con el que empatizar. Spike, si lo que intentas  es mostrarnos lo irritante que puede ser alguien tan unidimensional y pegajoso como Theodore, tienes mi aplauso lento.

Bien, en cuanto a la historia, olvidémonos por un instante de que ella es un OS y tú, amigo Theodore, un auténtico gañán al que apetece collejear a cada fotograma. Que hay detrás de la historia? Chico conoce a chica, él toma el papel de profesor ya que ella es casi una tabla rasa (podríamos elaborar aquí sobre cuestiones de género lamentablemente presentes en la sociedad americana, chica admira a chico, enamoramiento de pedestal), se conocen, se gustan, se enamoran, discuten, y supongo que rompen (no sé porque me marche antes del final), o se acaban casando, para entonces ya da todo igual. Todo sigue un ritmo predecible, de novela rosa del todo a 100. Todas las emociones se expresan en voz alta y bien masticadas. Spike, por qué te empeñas en llevarnos de la manita para que no nos perdamos. Por qué lo haces todo tan obvio? Por qué me torturas de este modo Spike? Nos propones una visión emo del amor que para nada se identifica con la realidad, no ofrece ningún tipo de profundidad personal ni argumental, y que para que no haya confusión alguna salpimentas con frases surrealistas sacadas de libros de autoayuda

A veces veo a la gente y me gusta sentir que no son solo personas pasando por ahí. Me imagino que tan profundo se han enamorado o cuantas decepciones amorosas habrán tenido.

Siento que puedo decirte cualquier cosa.

Sé que eso no es verdad. Te he visto sentir. Te he visto maravillarte de las cosas. Digo, puede que no lo puedas ver en este momento. Pero es entendible. Has pasado por mucho últimamente. Perdiste una parte de ti mismo. Digo, al menos tus sentimientos son reales.

Anoche estuvo increíble. Siento que algo cambió en mí y que ya no hay vuelta atrás. Tú me hiciste despertar.

Estaba diciendo que quiero aprender todo sobre todo. Quiero devorarlo todo, descubrirlo por mí misma.

- Yo también quiero que lo hagas. ¿Cómo puedo ayudar?

- Ya lo has hecho. Me ayudaste a descubrir mí habilidad de querer.

Esa es bonita, ¿qué es?

- Trato de escribir una pieza musical acerca de lo que se siente estar en la playa contigo.

- Capturaste el momento.

El pasado es solo una historia que nos contamos a nosotros.

Sí, son frases que están en la peli, no me las he inventado. Es evidente que Charli Kaufmann no ha participado de este esperpento.

Y no sigo porque me dan ganas de salir del cine otra vez, pero esta vez estoy en casa, está nevando fuera y hace frío. Aunque quizá podría hacer como tú, Theodore, y salir a oler las nubes, sentir el viento frio en mi calva mientras suspiro por la belleza del mundo y la vecina cachondisima que tengo. Espero que si algún dia lo hago el marine que vive al lao me pegue un tiro entre ceja y ceja. Dios bendiga américa.

Bien, volvamos al tema que nos ocupa. En relación al asunto que es en principio más atractivo, la interacción hombre-máquina, Spike, perdona que te tutee, caes en un tratamiento vacuo, simplista y que pronto pierde todo interés. El OS, salvo menores excepciones (si, tiene que aprender sobre sentimientos, etc.) se comporta como una persona. No haces ningún esfuerzo argumental en proponer algo distinto, una variación, algo que realmente pueda hacer diferente una relación con una inteligencia artificial y que nos ponga en evidencia, que nos haga pensar, explorar posibles problemáticas más reales, más probables. El episodio de Black Mirror le da cien mil vueltas a esta propuesta argumental. El OS no es más que una persona normal y corriente que simplemente no está presente. Donde está la novedad? Qué nos quieres transmitir entonces? Cúrratelo un poco, Spike. Lo único que aparece reflejado es la falta de contacto físico, pero eso no es nuevo ni entre los propios humanos. Por cierto el tipo de la foto se me parece a alguien…

En resumen, si una peli con similar argumentación y diálogos estuviese protagonizada por vampiros adolescentes ninguno de nosotros la hubiera visto. Y bien sabes que podría ser asi, Spike. Te ha salido un Crepusculo con banda sonora de Arcade Fire. Esta película es una inmensa obviedad, hecha para enternecer, agradar… y vender. Spike, no se si estas jodido por lo de Sofia o que coño te pasa pero te ha salido una mala copia de Lost in Translation. Acéptame un consejo: no vuelvas a trabajar sin Charlie. Y  la próxima vez que te levantes melancólico vete a correr, de putas o emborráchate como hacen los humanos, pero no nos calces un cuento ñoño y simplista de amor adolescente, me da igual que sea con un OS o con un buzón de correos. O léete un libro, hay más tela que cortar sobre el amor y las relaciones en esta frase de La casa de los Espíritus que en tus dos horas de bodrio (no sé porque me has hecho acordarme de esto):

Blanca prefería esos encuentros furtivos con su amante en hoteles de cita, a la rutina de una vida en común, al cansancio de un matrimonio y a la pesadumbre de envejecer juntos compartiendo las penurias de fin de mes, el mal olor de boca al despertar, el tedio de los domingos y los achaques de la edad.

Comparar esto con Blade Runner… voy a lavarme los ojos otra vez.