jueves, junio 21, 2012

VBelgicamanía

Los alemanes los ignoran, en Holanda los repudian y los franceses se mofan de ellos. ¿Suficiente? No lo creo. Esto es el VB, ellos son Bélgica y les tenemos manía. ¡¡Llega la VBelgicamanía!!

Está en nuestro ADN, era el destino, it was written in the stars. El lema del VB lo dice tajante: “Contubernio judeo-masónico de gentuza para decir chorradas y ser crueles con animales... y los belgas.” Cumplimos 6 años, nos vamos haciendo mayores y no podemos negarlo, el tiempo pasa y nos cambia. Una nueva imagen, un nuevo lema y una nueva actitud tienen que llegar al blog, pero había una misión que teníamos que realizar antes. Si Frodo viajó al monte del destino enfrentándose así a su inevitable destino, ¿cómo podíamos nosotros ignorar la llamada? Un ojo sin párpado domina toda Europa, y allí fuimos. 4 días para visitar el país. ¿Objetivos? Saldar cuentas con el destino, conocer al enemigo, realizar un viaje de ocio y plasmarlo todo para que la posteridad no olvide. Nuestros hijos se lo merecen, debemos ahorrarles el trauma: no vayáis a Bélgica, que ya hemos ido nosotros. ¿La prueba? Aquí y ahora. Empieza la VBelgicamanía.


Como siempre, se empieza con la introducción. ¿Qué es Bélgica? Algo muy oscuro. Su bandera tricolor lo indica. El negro, la concha de los mejillones. El amarillo, las patatas fritas que completan el plato nacional junto a los mejillones. Y el rojo, la cerveza de cerezas. Con este panorama de bienvenida, ¿qué se puede esperar?

Bélgica (con perdón) es un país pequeño, pero lleno de belgas. 11 millones dice la wikipedia, pero uno nunca puede estar seguro de eso. Que no son franceses está claro pero, ¿son holandeses quizás? ¿luxemburgueses? Algunos incluso parecen alemanes. Y si uno mira dentro de su alma... oscuridad, todo oscuridad. Pues esperad, que os lo pongo aún peor: la mitad de arriba quieren ser holandeses (flamencos) y a la mitad de abajo les gustaría pasar por franceses (valones). Luego, en la esquinita derecha del mapa, hay unos pocos que sueñan con ser alemanes. Vacío se quedó el país, como los alrededores del monte del destino (todo encaja).

En su propia Historia, Bélgica tarda en aparecer como tal, y menos mal... Vivieron siempre a la sombra de Holanda, Países Bajos, Flandes... llámese como se quiera. Alcanzaron al independencia en 1830 tras la Revolución Belga (sólo el nombre ya invita a la risa) y , ¿a qué se dedicaron? Pues a ir al Congo a masacrar negritos como Dios mandó. Después, se pasaron casi 2 años sin gobierno, y ahora ya viven en paz. Hoy en día tienen un desempleo del 7,3%, lo que explica por qué no se han clasificado para la Eurocopa 2012.

Bélgica reclama, como todos los países europeos, que en su momento de máximo esplendor fue la meca del mundo. ¿Y cuándo dicen los belgas que les tocó? Bueno, primero hay que matizar que según ellos mismos fueron la mayor potencia mundial... en artes. Así es, la pintura flamenca del s. XV marcó tendencia. Básicamente partían la pana gente como van Eyck, Memling, El Bosco, Brueghel, que se dedicaban al arte sacro bueno. Cordero incluido:


Para seguir hablando de Bélgica, hay un concepto importante que hay que aclarar: los franceses (aquí repartimos para todos), tienen la facultad de fagocitar todo lo que les cae cerca. Celebran las victorias de Federer como si fueran propias pero claro, nadie les cree. Todos sabemos que el bueno de RF es más suizo que un reloj de cuco bañado en chocolate. Sin embargo, con un país como Bélgica los franceses lo tienen mucho más fácil. Así, sabiendo que nadie va a creer a los belgas cuando reclamen su autoría sobre algo, los franceses se han apoderado de las más variadas glorias belgas. A saber:

- Las patatas fritas. Las “french fries” no son tan francesas como parecen. Plato nacional belga, a joderse.
- Tintín. Hergé fue, a parte de dibujante de tebeos, fascista y belga. Dos atributos que cualquiera querría ocultar. Igualmente ha pasado con otros tantos tebeos belgas como Lucky Luke, Los Pitufos o Spirou y Fantasio. Todos belgas, ¡válgame dios!
- Eddie Merckx. Era (y es) belga. Ganó 5 tours y los franceses no lo repudiaron como a Armstrong y a Contador, porque tenían la esperanza de que se nacionalizara galo, pero lleva ya muchos años dándoles largas.
- Jean-Claude van Damme. No en serio. Jean-Claude van Damme es el actor belga más famoso de la historia (WTF!).

Y aquí acaba la lista de belgas ilustres, todos sórdidos y todos fagocitados por Francia. Le añadimos a Leopoldo II, que se pasó la vida destrozando congoleños, y así se completa el retrato de un país.

Por cierto, son el corazón de Europa, y no lo digo porque en Bruselas estén los principales órganos burocráticos (me resisto a decir “de gobierno”) de la UE. Lo digo porque los tratados comerciales del Benelux, la CECA (Comunidad del Carbón y del Hacer) y demás intentos previos de hacer una unión europea en el s. XX tienen su origen en esta pequeña comunidad del noroeste europeo. Corred insensatos, ha llegado la VBelgicamanía.

lunes, junio 11, 2012

¿Qué celebra Rajoy?


- Que nos rescatan.

- Que él nos rescata.

- Que Nadal, Alonso y la selección de fútbol han quitado la portada a esta vergonzante foto.

- ¡Que empieza la VBelgicamanía!

lunes, junio 04, 2012

Carrefour


Si nuestros mayores nos recomiendan aprender idiomas no es por capricho. "Más sabe el diablo por viejo que por diablo" dicen, y es que desde la perspectiva que nos miran todo se ve distinto. Al fin y al cabo, ellos nos observan desde el final del tablero, y nosotros apenas hemos llegado a la segunda casilla.

Pero en algo se equivocan.

Y es que aprender idiomas no se debería limitar a saber traducir "carrefour" como cruce de caminos o encrucijada y no como supermercado. Hay otros idiomas. Hay lenguajes de programación, por ejemplo. Y lenguajes no escritos. Gestos, miradas, el movimiento de las manos acompañando a una explicación, todo vale a la hora de conseguir que la persona que tenemos enfrente comprenda el mensaje que queremos transmitirle. Todo cuenta a la hora de acercarnos a los demás, en definitiva. De lo contrario, si caemos en el error de no aprender a interpretar los signos que los que nos rodean nos envían, podríamos acabar solos, en un camino a ninguna parte.