lunes, abril 14, 2008

Adiós al panadero

A veces a uno se le va la cabeza y empieza a recordar historias pasadas. No sabemos bien por qué, de pronto, montones de recuerdos hace tiempo olvidados nos invaden por todas partes, continuamente, casi sin dejarnos disfrutar los unos de los otros. Volver a casa y reencontrarse con gente a la que no veía hacía año y medio es un buen detonante, es cierto, pero leer en el periódico que se ha muerto Chema, el panadero de Barrio Sésamo es uno mucho mejor.

Leyendas urbanas aparte, Juan Sánchez, como así se llamaba realmente, falleció la semana pasada cuando sólo tenía 51 años. Por internet he encontrado una foto suya con una frase que bien puede resumir la vida de este hombre:


Anda que no habrá tenido que aguantar a petardos recordándole durante toda su vida quién fue para nuestra infancia. Es el precio de salir en la tele, supongo.

Buceando un poco (pero no mucho, que todas los obituarios están calcados) por internet, he encontrado información sobre la vida que ha llevado. Por supuesto que de todos los datos de su breve biografía, el que destaca sobre todos los demás es el de su matrimonio: este hombre se casó con espinete.

Dentro del erizo rosa daba vida al muñeco la actriz Chelo Vivares, que al parecer ha dado voces a personajes de dibujos animados y series de niños toda su vida (Simpsons y South Park incluidos...) Resulta que estaban casados antes incluso de sus años en el Barrio, parece ser que se conocieron en una especie de grupo musical llamado Red de San Luis. YouTube, que de todo sabe, tiene hasta algún video de esa mezcla de circo y cabaret para niños que parece que esta gente cultivaba. Los setenta fueron duros.



Los años posteriores a Barrio Sésamo parece que le llevaron al teatro, dónde regentaba la Sala Tribueñe junto a su compañía. Su mujer también estaba en ella. Resulta que en 2006 apareció una última vez en televisión junto a los compañeros de la serie, para un programa especial de TVE llamado ¿Cómo están ustedes...?, una especie de revival de los programas infantiles que se habían emitido en los últimos 15 años. Esta gente cantó una canción, y así como Espinete y Don Pimpón se conservaban bastante bien, e incluso Ana no parecía haber envejecido tanto, la verdad es que a Chema no le habían perdonado los años.

Por último, una visita a imdb (y ojo, que es el primer Juan Sánchez de los 18 posibles que hay) nos dice que salió en Matador (de Almodóvar) como enfermero, y no me preguntéis cómo, apareció haciendo de Jose en una película llamada Where the Heart Is, protagonizada además por Uma Thurman. Gracias a esta película, tiene un Bacon de 2, que es mucho más de lo que puede decir mucha gente.

En paz descanse.

lunes, abril 07, 2008

You've gone too far, Max

Vaya, vaya, vaya... así que resulta que al viejo Max le sigue gustando el mete-saca mete-saca, y además en plan bizarrillo. Pues nada hombre, ya tenemos a la prensa inglesa contenta por unas cuantas semanas, y a todos los moralistas de la F1 (que combinación tan extraña) tocando las narices.

Y es que ahora de pronto todo el mundo está preocupado por la vida sexual del viejo Max, y además resulta que la vida del viejo Max es más que interesante, y venga a sacar fotos, y venga alemanas con látigos y minifaldas, y venga la cara de viciosillo del viejo Max, y venga todos a hablar de que el viejo Max es un depravado, y un corrupto, y un nazi y un cabrón. Ya se sabe, aquí el que no folle con una sábana en medio es hereje, y cornudo, y rojo, y te vamos a echar viejo Max, pero a la hoguera.

El caso es que el viejo Max a mí nunca me ha gustado. No me gustó su permisividad con el alemán y la manera en que le consintió hacer trampas durante años; no me gustó el trato de favoritismo que consiente para Ferrari (ya se sabe, cosas como la cuota que todos los equipos pagan a Ferrari por su "colaboración histórica a la F1"); y en el último año tampoco me gustó la forma que tuvo de llevar el caso McLaren-Alonso-Hamilton, ni el favoritismo que mostraron él y su amigo Bernie por el inglesito de los cojones (qué pesao Bernie y su "Fernando y Kimi son aburridos, Lewis es mucho más social y por eso espero que gane"), por poner tres ejemplos tontos. Nunca me ha gustado como profesional, ni he compartido su visión de la F1 en muchos aspectos (ahora me vienen a la mente cagadas como Indy hace unos años, con los Michelin reventando por las curvas), siempre me ha recordado a Villar en cierto sentido. Un tío al que no soportas ni tú ni los que tienes a tu lado, pero de forma inexplicable se ha adherido al poder como una puta lapa.

Pero esto es distinto, aquí se hablan de cosas diferentes. Esta historia rezuma envidia, mezquindad, morbo, cotilleo, todo ello bien sazonado con una de tetas, de las que siempre gustan al personal. Se diría que un típico caso de la prensa amarilla inglesa, pero esta vez y sin llegar yo a comprender muy bien por qué, resulta que la gente se hace eco. Todos tienen que dar su opinión; a Honda no le gusta y creen que lo debe dejar (el trabajo, no las sesiones fetichistas), Toyota dice que three quarters of the same, unos pilotos callan, los otros dicen que eso está mal y como siempre Flavio aventajando en mucho a cualquiera, se limita a un escueto "yo ya estoy mayor para hablar de sexo" (que gozada la triple ironía de esto... él hablando de sexo? el mayor? mayor que el viejo Max? qué fenómeno). Nadie, que yo sepa, ha dicho lo único moralmente acertado que se puede decir sobre el tema: "A quién coño le importa".



Supongo que todo se ha salido de escala por lo de "estética nazi", el nazismo está muy mal, y no se puede hablar de él, es pecado. Pero el viejo Max no hizo, que yo sepa, ninguna apología del nazismo. Se montó una farra joroschó de veras con pseudo-alemanonas de suculentos muslos y senos, vale. Le gustó que se pegarán con el latiguillo y dijeran bujujú bujujú, vale. Lo pintaron todo de estética nazi dicen, vale. Pero yo aquí no saco apología al nazismo, ¿o es que acaso también ha hecho el bueno de Max apología de usar el látigo contra el culo de las putas? Como mucho se le puede tachar de retorcido, de atormentado sexual, de depravado, de colgado del sexo en plan mal, o de idiota por dejar que le grabaran con la cámara pero, ¿acaso todo esto sale de su vida privada? Si no fuese por el vídeo, ¿habría cambiado para algo su profesionalidad? Ahora le reprochan que protestara enérgicamente contra los insultos racistas que profirieron cuatro sunormales en Montmeló, le dicen que es un hipócrita. Pues casi que bienvenido sea un tío que antepone su profesionalidad a sus ideales personales, bienvenido sea.


Dicen que su padre era un fascista de los buenos, que si amigo del Führer, que si fue a su boda, que si jugaba a la petanca con Goebbels... y la gente casa uno y uno dos, mira que bien. Si tu padre fue nazi y a tí te gusta mirar a mujeres muslonas vestidas de nazis, tu eres nazi. Medítalo.

Otra cosa bien distinta es que las pseudo-alemanas del vídeo no disfrutaran tanto con la películita, eso sí que es distinto. Pero si hay pleno consentimiento, ¿cuál es el problema? Sigo sin entender esta moda de juzgar a la gente por su vida privada (sobre todo en asuntos de moralidad, siempre tan subjetiva y cambiante según quién la mire) para calificar su trabajo.


Si el viejo Max da el callo, que siga; si por el contrario es un cagón y lleva mal la F1 y juega en beneficio propio, que lo echen; pero a mí que me importa que al viejo Max, a sus años, le siga haciendo ilusión vérsela tiesa. Por muy depravado que sea.

Detallazos aquí.