- Aquí es muy típico hacer Fourteneers, igual podíamos hacer alguno.*
- Alguno?! Tu yes margarito o que? Cagonmimaquina, esos hágolos yo de dos en dos.*
*traducido del inglés
Pues con esta conversación empieza la historia que os quiero contar hoy. Cada lugar de la tierra tiene sus cosas mas típicas, sus símbolos oficiales u oficiosos. La cuesta del cholo en gijón, la puerta del sol o el oso y el madroño en la capital, las ratas neoyorquinas, los rednecks en Texas, los atletas de élite en Boulder, y en Colorado tenemos los Fourteneers. Según mis cálculos, 14000 pies equivalen a unos 4200 metros, con lo que estamos hablando de montañas serias, en las que normalmente sigue habiendo nieve en verano, y a las que se llega tras ascender una media de 1000 metros de desnivel (salvo 2 a los que se puede ir en coche, Pablo conoce al menos uno). Hay algo mas de 50 en todo el estado, y la gente de Boulder y alrededores, en vez de irse a tomar unas cañas el viernes y dormitar la mañana del sábado pues se levanta a las 3 de la mañana y se va al monte. ¿Y por qué tan pronto?, os preguntaréis con razón. Pues porque en verano hay altas probabilidades de que aparezcan tormentas repentinas, cosa que no es muy agradable cuando estás por encima de la línea de los árboles.
Y como donde fueres haz lo que vieres, pues entre el sábado pasado y ayer hemos hecho 4 fourteneers. Con truco, eso sí: las dos rutas que hicimos incluían dos picos cada una. Mínimo esfuerzo, máximo rendimiento. O no.
Día 1: Grays-Torreys
El día comienza con el despertador sonando a las 4 de la mañana. Desayuno fuerte, nada de mariconadas, que nos espera un día largo. Nos juntamos a las 4:45, 8 valientes y valientas que diría la exministra, y partimos hacía el Front Range, los montes más cercanos. El grupo, 4 chicas y 3 chicos (algunas cosas van a mejor en este país) es heterogéneo: hay representación Americana, Española, Alemana, Vietnamita, Pakistaní y Rusa, que recuerde.
Como vale más una imagen que mil palabras, pues aquí tenéis: vistas del camino hacia la primera cumbre, ya cerca.

un ejemplo de las vistas desde la cima de Greys, la primera cima, mirando hacia Torreys, la segunda.

Y viceversa una vez llegados a Torreys:

y una foto de grupo pa que veáis que no me inventé lo de las 4 chicas
Y diréis, buah, menuda mierda que nos estás vendiendo, esto hazlo mi primu tos los díes en Asturies. Y yo os contesto primero que os calléis la puta boca y me dejéis contar la historia, y lo segundo que esti ye el único sitio del mundo en el que cuando vas subiendo a 3900 metros con la lengua fuera y sin respiración, te pasa un tipo corriendo. Así esta el tema.
Aquí podéis ver el resumen del día:
Día 2: Bierstadt-Evans
Bueno, el otro día hicimos una rutita de nada, 12 kilómetros, 5 horitas, Clase 1 y casi sin Exposure. Ahora vamos a hacer una un poquito más seria. Clase 3 y exposure 3:
Moderate exposure along the immediate route. It should be avoidable with some slow hiking or scrambling.
Mmm scrambling, que significará eso exactamente para estos tipos. Pues nada, salimos prontito, esta vez un grupo de 13 personas, y a las 6:30 estamos caminando con un paisaje mucho menos rocoso y más bonito que el del otro día.

y foto del numeroso grupo

Bierstadt es fácil, y hacemos cima algo cansados pero nada más que tardamos hora y media.

Y empieza lo divertido. De los 13, 9 decidimos seguir adelante. Hay que cruzar una cadena de picos más pequeños que unen la cima de Bierstadt con el camino que lleva a Mt. Evans, el segundo objetivo. Esa unión se denomina Sawtooth, por razones obvias, y es la que le da la dificultad a toda la ruta. Aquí tenéis una vista del Sawtooth desde la cima de Bierstadt antes de empezar a bajar.

Nunca me había visto en una de estas, y es difícil de describir: hay que trepar constantemente entre rocas, no hay nada que se parezca a un camino. Ya no es andar. Hay que poner mil ojos, donde pongo el pié, resbala esto, siempre con las manos apoyadas, esta opción a dónde me lleva, luego lo voy a tener más difícil si voy por aquí. Para neófitos como yo, una odisea que requiere concentración, mucho esfuerzo físico y el corazón a 150 pulsaciones. Tardamos una hora en avanzar muy poca distancia. Y llegamos a la parte final del Sawtooth: aquí ya no tengo fotos porque la verdad estaba preocupado de otras cosas, así que os pongo una foto de la página web donde recomiendan cómo hay que subir.

Eso en mi pueblo ye escalar sin cuerda. Vale, un 5 muy bajo, pero escalar. Y sin cuerda. Pero los oriundos suben que se las pelan, pues yo también, que no se diga. Duro y asusta, pero mentiría si dijera que no lo pasé teta. Tras esta escalada, llegamos a la parte de la ruta que da al Este: muy inclinada y expuesta, en la que un mal paso te lleva al precipicio. Es raro dar un mal paso, pienso, y me olvido de la mujer que murió aquí hace 3 semanas. Qué coño, voy con uno de Colorado que va en vaqueros y converse, y trepa por las piedras como si su padre fuese una cabra montesa. En fin.
Aquí tenéis una foto de cómo se ve desde arriba, justo al terminar. Se aprecia una parte del "camino" al borde del precipicio.

El corazón a 200, adrenalina a tope y la sensación de superación y euforia que te invade. Merece la pena. Aunque siempre, siempre con mucho cuidado y atención, no es cosa de broma.
Y eso fueron las 5 primeras horas. Luego llegamos hasta la cima de Evans, la altura empieza a hacer mella en mi, me duele la cabeza, los hombros de llevar la mochila y empiezo a estar hasta los cojones de los hikings, las rocas y la madre que parió a Colorado. Eso hacen un total de unas 7 horas. Y ya no tengo más fotos, porque no me apetecía sacar el móvil. A las 8 horas y 45 se me acaba la batería, tras bajar por un gully lleno de guijarros y bastante peligroso por cierto, en parte debido al cansancio y la falta de atención.

Y las últimas 2 horas las pasamos caminando por un sitio en el que debía haber un trail, pero en su lugar hay una ciénaga inmunda llena de barro y mosquitos de la que tengo recuerdos borrosos y que recorrí cagándome en todo lo que se me ocurrió más o menos a taco por minuto. En inglés solo era a suspirar y decir Fuck. Bendita riqueza del castellano.
Llegamos al coche 11 horas después de haber salido, y yo ya habiendo superado ese límite a partir del cual el cuerpo entra en automático y simplemente es capaz de seguir y seguir hasta que sea necesario.
Un día un poco largo, la verdad, pero increíble la experiencia del Sawtooth, la sensación de proeza y la felicidad. Un día largo, pero excepcional y estupendo. Salvo por lo de la ciénaga inmunda.
Ahora nos espera Longs Peak, espero que solo sea un nombre...