lunes, junio 28, 2010

Los disparates de los jueces

Esta semana parece que sólo se puede hablar de un tema (ahora que el mundial ha acabado con la crisis, las reformas del trabajo y del sistema productivo, el calentamiento global y, por qué no, dios), y si ese tema ha monopolizado todos los cafés de todas las oficinas de este país, por qué no nos vamos a hacer eco en este sanedrín. ¿Acaso podemos ofrecer un nuevo punto de vista? ¿Una opinión todavía no expresada al respecto? Lo dudo mucho, pero al final, como decía el poeta, lo único que nos queda es la palabra. Desahoguémonos pues.

Una pregunta, ¿y no has encontrado otro tema más interesante del que hablar? Bueno, es cierto que alguno más hay. Podíamos hablar del interminable y épico duelo entre Isner y Mahut, que jugaron durante casi doce horas un partido de Wimbledon a cinco sets que acabó 70-68 en el quinto; o de ese rumano que, enfadado con el público inglés, la emprendió a escupitajos con algunos tiernos espectadores. También podríamos hablar del nuevo y flamante fichaje del Sporting, Nacho Novo, y explicar que la verdadera razón por la que este gallego ha vuelto a España es que le han echado de Escocia tras beberse toda la cerveza que allí había, y era mucha (por favor, a los que vivís en Gijón, no dejéis de dar buena cuenta de sus hazañas. A ver cuántos cacharros promedia esta temporada). Pero nada de eso acapara mi pensamiento como las actuaciones de los jueces.

A estas alturas ya sabemos de qué hablamos: El primer gol de Argentina en los octavos de final frente a México fue en clamoroso fuera de juego, y para escarnio de los árbitros la repetición se vio en todo el campo; a los ingleses les impidieron empatar con Alemania al invalidar un gol que entró por más de medio metro, y en F1, un safety car salió en medio de la carrera, dividiendo a los coches entre los que se libraron de él y pudieron dar una vuelta rápido, y los que se tuvieron que quedar detrás, perdiendo en consecuencia hasta diez puestos en carrera.


La primera pregunta que me surge a la mente es: ¿Cómo? Es difícil de pensar como en plena revolución tecnológica, el fútbol dependa de las miradas de tres incautos, y la F1, en la que las conversaciones entre pilotos y equipo se pueden escuchar en tiempo real y todos los coches tienen limitador de velocidad, dependamos de un cochecito en pista para que todo el mundo sepa que tiene que frenar porque hay peligro en la pista. Esta pregunta es difícil de resolver, ya que la tecnología juega a favor de los jueces en casi cualquier deporte. Los árbitros de rugby pueden repetir jugadas en las pantallas y consultar con otro jueces que ven el partido desde una tribuna rodeados de pantallas, en tenis cuentan con sistema de cámaras que señala los botes de las bolas con una precisión de décimas de milímetros (y aunque no recibió buenas críticas al principio, todo el mundo lo respeta ahora). En definitiva, cuesta creer que los deportes profesionales de hoy en día, con los presupuestos que manejan, no se puedan aprovisionar de sistemas que les permitan tomar decisiones objetivas.

>Palillu mode="On"<

Del tirón me viene una nueva pregunta a la cabeza; esta vez es ¿por qué? Si está claro que algunos deportes se pueden modernizar sin perjudicar ni al espectáculo ni al espectador, ¿por qué no se hace? Y como los reptiles somos absolutos admiradores de las teorías conspiratorias, lo vemos claro: la culpa es del negocio; del dinero. Tanto el fútbol como la F1 no son meros deportes, sino puro espectáculo, y por espectáculo quiero decir negocio: millones y millones. Sencillamente entiendo que, con todos los millones que Adidas y demás patrocinadores (natillas incluidas) han gastado en Messi o en Cristiano, no se puede asumir que éstos no triunfen. Y aún hay más, los escándalos por amaños en partidos para ganar apuestas son más que numerosos. Hacer negocio con esto es más fácil de lo que parece. A Argentina ya la metieron los árbitros en el mundial (descaradamente en los últimos partidos de la clasificatoria sudamericana), igual que a Francia (aunque poco pudieron hacer por ella en Sudáfrica, pero al menos consiguieron que todas las campeonas del mundo tomaran parte en el torneo), y si tuviera que apostar por un ganador del mundial, lo haría por Argentina. La respuesta es sencilla: todo el mundo conoce a Messi, es el futbolista más reconocido del planeta en estos momentos; quisiera que alguien me nombrara a dos o tres jugadores mexicanos.


En F1 el sistema funciona exactamente igual, y la normativa ambigua, que se renueva a medida que se van cometiendo ilegalidades pero siempre a posteriori, permite a sus patrones (la FIA y las constructoras de coches, y los bancos y las petroleras), otorgar la victoria al mejor postor. Mucho dinero se puede obtener de este negocio, como para dejarlo a su aire. Interesa un reglamente ambiguo, por el simple hecho de que llegado un cierto momento puede interesar interferir en la competición para subir la emoción (y aquí los ejemplos actuaciones arbitrarias son incontables, así que me abstengo de empezar la lista).


Y al final, la última pregunta que queda en mi mente es ¿pero, y realmente todo esto importa algo? ¿Se trata de algo grave, algo que nos perjudique a todos? Pues sí y no. Queda fuera de toda duda que aquí nadie ha puesto su vida en peligro (salvo el mastuerzo de Webber y algún que otro árbitro), y demagogias aparte, todos sabemos de problemas de mayor gravedad. Pero sí que hay algo en todo esto que irrita y con razón, creo. En la vida, digamos real, más o menos todos hemos asumido que la justicia y los gobernantes obedecen a poderes más importantes y convincentes que la población, y el ser humano ha creado una máquina llamada sociedad de consumo o como se quiera, que lo está arrastrando por el suelo sin remisión. En el deporte, como en cualquier otro ocio, le queda a uno la esperanza de que todavía haya reductos en los que se pueda ser testigo de una cierta objetividad u honestidad, de una cierta limpieza. Y da pena que no sea así.

>Palillu mode="Off"<

N. del A: El autor y todos los posibles comentaristas tienen tanto derecho como José Ramón de la Morena a hacer demagogia. Aunque sea de vez en cuando.

sábado, junio 19, 2010

F1-2010. IV

Pues parece que este año toca emoción. Si en el comentario anterior Red Bull se presentaba como absoluta dominadora del mundial, ahora le toca el turno a McLaren liderar el mundial.

Han ganado la mitad de las ocho carreras que llevamos, y en las dos últimas han clavado dos dobletes como dos soles. Bien es cierto que Red Bull sigue pareciendo el coche que debe dominar el mundial, pero las luchas internas en Turquía y el maltrato al que sometieron a los neumáticos en Canadá los han lastrado en exceso. De todas formas, también es cierto que Ferrari y sobretodo McLaren han reducido las distancias con la marca del toro hasta el punto de quitarles la primera pole del año; y es que los Red Bull ya no dominan a placer ni los sábados. Tenemos mundial por delante, pero de aprendernos el God Save The Queen de memoria no nos libra ni Cristo.

Turquía.
En Turquía el verdadero protagonista y triunfador fue este hombre.


Gracias a su increíble pericia como periodista, los dos momentos críticos de la carrera los tuvimos que ver en la ventanita esa que acompaña a los anuncios. Olé por ti Lobato, España te necesita y en estos momentos de crisis más aún. Te necesitamos para descargar ira contra ti, so melón.

Bueno, al grano: calificaron delante los Red Bull-McLaren (Web, Ham, Vet, But), seguidos de los Mercedes, los Renault… Un momento, ¿y los Ferrari? Pues Massa octavo y Alonso duodécimo y fuera de la Q3. Los de Maranello tuvieron un fin de semana oscuro.

Salieron los primeros conservando posiciones hasta el primer repostaje, tras el cual Vettel superó a Hamilton y los dos Red Bull comenzaron a ver venir un nuevo doblete. Craso error. El alemán se fue acercando a su compañero de equipo, hasta que en la vuelta 39 le cogió la aspiración y se abrió a la izquierda para adelantarle limpiamente. ¿Su compañero qué hizo? Echarse a la izquierda también. Chocaron, se insultaron, Vettel abandonó y Webber pudo seguir aunque perdiendo el liderato.


Todo el mundo culpa a Vettel, así que supongo que por algo será. De todas formas yo discrepo, sobretodo dado el historial que tiene Webber, que más de una vez ha demostrado que prefiere quedar fuera de carrera a dejar que otro le pase. Igualmente, los ingenieros debieron haberles avisado por radio en el momento de la maniobra, y el adelantamiento se tendría que haber hecho de forma limpia.


Tras el incidente los McLaren se pusieron a liderar la carrera y a esperar su doblete. Hubo emoción cuando en la vuelta 48 Button consiguió adelantar a Hamilton, pero este estuvo atento y en la recta de meta se pegó a su rebufo y le devolvió la pasada. Martin Witmarsh, jefe de equipo, con la maniobra de los Red Bull aún en la retina, les recordó a los dos por radio que tenían poco combustible, y que era mejor conservarlo… y para ello era indispensable no intentar adelantarse, claro está.

Así que los McLaren hicieron doblete, les siguió Webber, Schumacher (!), Rosberg, Kubica, Massa y Alonso, que al menos rascó algunos puntos.

Canadá.
En Montreal los Ferrari (y quiero decir, Alonso) recuperaron un buen ritmo de carrera, pero el asturiano regaló a McLaren su segundo doblete en dos semanas. De no haber estado tan torpe frente a los doblados (recuerdo a los que dicen que le cerraron, que todos tienen que doblar coches, no sólo Fernando) pienso que hubiese ganado.

En esta carrera los principales protagonistas fueron los neumáticos, que se degradaron rápidamente hasta que la pista fue cogiendo temperatura y restos de goma. Salieron por delante los habituales (a Webber le retrasaron cinco puestos por cambiar la caja de cambios), pero a las siete vueltas Hamilton y Alonso tuvieron que entrar. En la salida, el Ferrari fue más rápido y adelantó bravamente al inglés.


Hasta la vuelta 15 fueron entrando todos sucesivamente, momento en el que Hamilton aprovechó para recuperar la posición que le había quitado Alonso, cuando este se hizo la picha un lío tratando de adelantar a un sorprendente líder momentáneo: Buemi.

Alrededor de la vuelta 26 todos tuvieron que volver a entrar salvo Webber, que aguantó hasta la vuelta 50. Alonso entró dos vueltas más tarde que Hamilton, y podría haber recuperado el liderato tras hacer vuelta rápida en la primera de las dos, de no haberse atascado con un Lotus en la segunda. A Webber de poco le sirvió esta maniobra al australiano, ya que para cuando entró sus neumáticos estaban totalmente destrozados y sus tiempos por vuelta eran pésimos. Cualquier ventaja que pudo haber adquirido, fue progresivamente echada a perder.


Así pues, en el último tercio de carrera Hamilton lideraba a placer, cuando Alonso se volvió a equivocar al doblar a un Hispania, y cedió la segunda plaza ante un Button que le seguía de cerca. Los Red Bull entraron detrás, y les siguió un enorme Rosberg, que tras caer a la 19º posición en la salida al ser estorbado por Massa y Liuzzi que chocaron torpemente, hizo una remontada de escándalo hasta las posiciones de puntos. La televisión y Lobato lo ignoraron absurdamente.


Avanza el mundial y los McLaren lideran ahora (109 Hamilton, 106 Button), seguidos de Webber (103), Alonso (94) y Vettel (90). Es una pena que el asturiano no haya ganado en Canadá, pues sería líder del mundial en estos momentos. Esto nos lleva a dos conclusiones, que Fernando sigue con posibilidades de ganar el mundial, y que las victorias pesan este año muchísimo.

En cuanto a los demás, los Red Bull están viendo como el calor veraniego destroza los neumáticos, lo que ha permitido a los McLaren tomar la delantera. Si tuviera que elegir ahora, el favorito para ganar el mundial es Hamilton, quien está demostrando que este año pesa más saber adelantar que desgastar neumáticos torpemente. Veremos qué ocurre.






En la liga más comentada de la red, el Grand Mächaka continúa ampliando su dominio. Su ventaja con respecto al Caesar-Titanlux supera ya los 50 puntos, y el único equipo en condiciones de disputarle las victorias, el Laureus, viene desde demasiado atrás. Tendrá que elegir sus alineaciones con habilidad si quiere remontar. Estamos a punto de alcanzar el ecuador del mundial, y la liga necesita un giro.


Las victorias de esta tanda de carreras han sido (como no), para el Laureus y para el Grand Mächaka, pero la victoria en el parcial de tres carreras ha vuelto a ser para el líder, que para la próxima carrera tendrá que elegir su tercer MOR-through.

Pero que nadie se confíe, sería un error en estos momentos pensar que la VBRL2010 ha encontrado a su campeón, ya que todavía quedan muchas carreas por disputar. Más de la mitad.

viernes, junio 11, 2010

El lejano oeste


Si tuviera un caballo, un sombrero de ala ancha, una ramita de paja entre los dientes y un ipod, escucharía todo el tiempo a Pony Bravo. ¿Y entonces? ¿Por qué los escuchas si no tienes nada de eso? Pues precisamente amigo, para compensar. Qué gran historia escuchar a Pony Bravo.


El Pony Bravo, va por la ribera
y ranas saltando sobre sus huellas

La música de Pony Bravo es rítmica, y mucho. Batería, bajo, guitarra eléctrica y teclados (en algunas canciones). Aún así alguna melodía pegadiza se descuelga de vez en cuando (¿Alguien me puede decir en qué corte suenan los acordes de la sintonía de Movierecord?) El disco recuerda mucho al ska de principios de los ochenta, el de Madness y los Specials y sin embargo en directo, el sonido se vuelve mucho más electrónico, y parece que uno acaba metido en una rave.


Trinchera, trinchera del amor
yo recargo mi bayoneta pensando en ti

y doy un beso a cada bala que disparo en mi fusil


En la trinchera, trinchera de amor

cuando la gente se cae muerta a mi alrededor

yo doy un beso a cada bala que disparo con valor

Son de Sevilla, y hacen buena gala de ello. Estos chavalitos pasean la flor y nata de la idiosincrasia sevillana allá por donde vayan (y se pasaron por el Primavera Sound hace un mes, por ejemplo): la Giralda, la Torre del Oro, la Semana Santa, Curro, el fino y la manzanilla y lo que haga falta. La ciudad sigue produciendo esa sensación, a medio camino entre la fascinación y el esperpento, que también manifiestan el Sr. Chinarro o Miguel Brieva, por poner dos ejemplos.


El guarda forestal
que siempre está pendiente del fuego

conoce bien la verdad

sabe qué hacer si de repente todo

empieza a arder


Y cuando salga el sol, ya no habrá fuego

Será el salvador del bosque entero

Para seguir diciendo cosas buenas de estos chicos, tengo que añadir que los buenos de Pony Bravo comparten con todo el que quiera su disco, ya que aquí os podéis bajar una copia del que es su único disco hasta la fecha, Si bajo de espaldas no me da miedo (y otras historias).


Arcanul, where I dream my mind
Arcanul, where I make my problems done

the mysteries of life are in the Arcanul

Arcanul, where I see the light

Aracanul, invisible power in the night

the mysteries of life are in the Arcanul
the space between your legs, go chase the Arcanul

Pony Bravo mezclan letras en castellano y en inglés, pero apenas cambian el tema. Como siempre, como hacemos todos, los vaqueros no son una excepción. Vayan a donde vayan, lo hacen para acercarse o alejarse de una mujer. Toda la energía de activación que necesita uno para levantarse del sofá es buscar la presencia (o todo lo contrario) de una dulce compañera.


Se abre el tiempo
van los mandos sueltos, roto el piloto automático

azafata tráeme canapés, con tu falda corta

y despega tu falda en vuelo, y veo tus bragas negras

roto el piloto automático


Viendo la vida, no se vive

hace falta niña un poco de acción

y si la duda te aprieta la garganta

maldita, maldita será tu estampa

hace falta niña un poco de acción


El conejo del mago se meó en la chistera

el refrán se volvió poema

como el viento que partió el huracán


Se abre el tiempo

una vez roto el piloto automático

¿Y de eso van las historias? ¿De quedarse con la chica? Bueno, no sé si de eso van las historias o no, pero sí sé que es lo único que no es ficción de todo lo que cuentan. Sé que es lo único real, aunque el resto: las letras, la música, el ipod, el caballo y el sombrero y yo mismo no seamos más que un cuento. Cosas que pasan.

viernes, junio 04, 2010

Me he perdido

Han pasado seis años, 121 episodios bajados y muchas horas delante de la pantalla del ordenador. Han aprovechado al máximo las posibilidades de Internet, generando un fenómeno fan como hasta ahora no había ocurrido con ningún otro evento. En estos seis años hemos visto como las series de televisión, esta juntog a muchas otras, han ido desplazando a las películas de Hollywood, convirtiéndose en el producto número uno de la industria del entretenimiento americana. Los mejores guionistas, los mayores presupuestos, la cuna de nuevos actores y el lugar al que han vuelto muchos de los consagrados. Blogs y blogs sobre el tema, su propio wiki y todo el merchandising imaginable. ¿Y al final qué sabor queda? Pues como casi siempre, un tanto agridulce.

Nosotros empezamos a ver Perdidos con la tercera temporada ya terminada; nos vimos la primera que mi cuñado se había comprado en DVD en un par de semanas de verano, y ya nos enganchamos. Venga a descargar capítulos y venga a devorarlos al principio, y a consumirlos por inercia después. Había oído hablar de la serie por primera vez en Grenoble, ya que muchos de los erasmus estaban locos por ella, y se dedicaban a debatir durante horas sobre qué coño ocurría allí, en la isla dichosa. Por un lado me parecía absurdo que alguien se pudiera enganchar tanto a una serie de TV, y por otro intuía que si la veía me iba a ocurrir lo mismo, puesto que tenía ese estilo de ciencia ficción que tanto me entretiene. Acerté.

***SPOILERS***

En la primera temporada nos presentaron a los supervivientes de un avión que se estrella en una isla. Nadie viene a buscarlos y no saben dónde están, así que no les queda más remedio que acostumbrarse a convivir allí por una temporada. El gancho viene porque en la isla ocurren cosas misteriosas: se escuchan voces, salen osos polares corriendo de la nada y parece haber otros habitantes con oscuras intenciones. Además, continuos flashbacks nos descubren las vidas pasadas de los protagonistas, también oscuras y con secretos ocultos. Acaba la temporada con el descubrimiento de una escotilla, una entrada a un búnker o algo parecido, lo que para mí fue el mejor momento de la serie.


En la segunda temporada se intensifican los enfrentamientos con los otros habitantes de la isla, originalmente llamados los otros, y empezamos a saber de una organización llamada Iniciativa Dharma, la cual habitó la isla durante un tiempo indeterminado y con unos propósitos desconocidos. Parece ser que la isla tiene un campo magnético extraño, algo así como el triángulo de las Bermudas pero para mal. Continúan los flashbacks.

En la tercera, estalla la guerra entre los otros y los supervivientes, hasta que finalmente los supervivientes ganan, matan a casi todos (recurso que no me gusta de la serie, el de matar a todo personaje que sobre), y esperan a que un barco recién llegado los rescate.

En la cuarta, toca pelearse con los malvados que venían en el barco, que por supuesto eran malos pero de todas formas ignoramos sus intenciones. Acaban muriendo igualmente. Empezamos a intuir que algunos van a salir de la isla, gracias a unos flashforwards que nos describen su futura vida fuera de esta.

En la quinta temporada, los seis supervivientes que consiguen escapar de la isla intentan volver a la ella, sin saber muy bien por qué, mientras que los que se quedaron, se dedican a pegar saltos en el tiempo pero siempre sin salir de la isla; nos explican que sus saltos son como los de la aguja sobre un disco rayado… o algo por el estilo. Al final se reúnen todos otra vez en la isla y su nuevo objetivo es reventar una cabeza nuclear en el corazón de la isla, para ahorrarse lo de seguir saltando en el tiempo.

Ya en la última temporada, una vez que todos sobreviven al estallido de la bomba nuclear (salvo una que queda atrapada en unos hierros, pero por la bomba no hay problema), empezamos a ver unos flash-sideways, que nos cuentan una realidad paralela en la que el avión nunca se estrelló y por lo tanto sus vidas fueron muy distintas. En la isla se enfrentan a un espíritu sobrehumano, que habita el cuerpo de uno de sus compañeros muerto, y lo tienen que matar antes de que se escape de la isla. Obviamente, al final el malo muere.

Se remata la historia concluyendo que esta última vida paralela, estos flash-sideways, es algo así como el purgatorio, lugar en el que se reúnen todos una vez han muerto en la vida real, y se esperan los unos a los otros para subir al cielo todos juntos. De la mano oiga.

En el camino se han dejado a un par de docenas de personajes que en su momento parecían cruciales y simplemente murieron o desparecieron sin dar mayor explicación, además de la Iniciativa Dharma, que nos dejó de preocupar en algún momento de la quinta temporada, el origen de los primerizos habitantes de la isla incluidos un tal Jacob y su hermano (el malo de la última temporada), dos tipos con propiedades sobrehumanas, que hacen las veces de dioses griegos jugando con el devenir de los simples mortales para pasar el rato.

***Fin de los SPOILERS***

¿Y realmente importa que tantas tramas argumentales hayan quedado sin resolver? Pues sí, puesto que el gancho de la serie es precisamente ese, desvelar misterios y resolverlos. Al dejar de lado muchos de ellos, la obra queda simplemente inconclusa.

Al final Perdidos ha caído víctima de su propio formato. De no haber sido una serie de televisión, podría haber sido una trilogía de cine, una serie de novelas o una buena saga de cómics, no hubiese tenido que dejar todo para el último capítulo, y pudiese haber ido desvelando secretos de forma progresiva. Pero estaba destinada a ser una serie de televisión, y la FOX apostó fuerte por ella desde el principio (el episodio piloto fue la hora más cara de la historia de la televisión hasta su emisión). El principal problema es que capítulo a capítulo se consigue mantener al espectador en vilo, pero vista desde la distancia la trama es inconstante. Se nota que han sobreexplotado ese recurso de suspender la acción en el momento cumbre, pero tantas puertas abiertas sin ver que había al otro lado, tantas conversaciones terminadas con un “no te lo puedo contar”, nos han llevado al final de la serie y el espectador todavía se pregunta dónde coño está.


Por último, desde el principio tanto los personajes como los guiones se han dividido entre místicos y científicos. Algunos personajes creían que estaban ahí por la gracia de dios, y otros simplemente trataban de buscar comida y construir un bote para escapar. De la misma forma, en algunos capítulos se habla del destino y de criaturas con propiedades divinas, mientras que en otros descubrimos oscuros laboratorios abandonados. Finalmente se decantaron por lo fácil, lo que no necesita explicación, y el final nos obliga a realizar uno de esos autos de fe que nos dejan tan mal sabor de boca. Y si a mí no me gustan en la realidad, imaginaros qué pienso de ellos en la ficción.