viernes, septiembre 26, 2014

Three tales of interest. Part I.



Alfred “Alferd” Packer

In the Colorado Rockies
Where the snow is deep and cold
And a man afoot can starve to death
Unless he's brave and bold

En Noviembre de 1873, 21 mineros salieron de un lugar cercano a Salt Lake, Utah, rumbo a Colorado. Su objetivo: las cercanías de la localidad minera de Breckenridge. Recorriendo unas 350 millas, la primera parte del camino a lo largo de Utah la realizaron en terreno asequible. Tras entrar en Colorado, se desviaron hacia el sureste y comenzaron a enfrentarse a condiciones climáticas y geográficas muy adversas. Tras bastantes dificultades, en Enero de 1874 llegaron a las proximidades de Montrose, al campamento del jefe indio Ouray.


El conocido como ‘White man’s friend’ les acogió, aprovisionó, y por supuesto sugirió que esperaran al menos tres meses hasta que mejoraran las condiciones. Cruzar las montañas en pleno invierno en esa época era una autentica locura, como los nativos sabían muy bien. 

Por desgracia, los mineros querían llegar cuanto antes para tomar posesión de las vetas mas prometedoras y que nadie se les adelantara. Cinco hombres decidieron seguir ruta: Shannon Wilson Bell, James Humphrey, Frank "Reddy" Miller, George "California" Noon e Israel Swan. Por suerte, contaban con un sexto acompañante que hacía las veces de guía y experto ‘montañero’: Alfred Packer. O eso creían ellos. Poco después salieron hacia Los Pinos Indian Agency, cerca del actual Gunnison. Un viaje de unas 80 millas (aunque ellos creyeron que eran solamente 40). Llevaban provisiones para unos 10 dias.

Aquí la historia se confunde con el mito, pero el caso es que en Abril, mas de 2 meses después, Packer apareció cerca de Gunnison. Solo, en aparente buen estado de salud, y con posesiones que habían pertenecido a sus acompañantes. Pronto la gente comenzó a murmurar, y un mes mas tarde Alfred se vio obligado a dar explicaciones al general Charles Adams, el encargado de supervisar la comunidad india donde se dirigía el grupo y donde apareció Alfred.

Versión 1

A los pocos días de salir, tras avanzar penosamente en condiciones inhumanas, el grupo se quedó sin provisiones. El más viejo, Israel, murió el primero, y el resto del grupo no dudo en coger algunos pedazos para alimentarse. Poco después sucedió lo mismo con James Humpfrey. Packer admitió haberle robado los 133 dolares que llevaba encima. Un muerto no iba a necesitar tanto dinero, verdad?  Frank Miller fue el siguiente, aunque Alfred había ido a buscar leña y por tanto no pudo dar detalles acerca de las causas de su muerte. Al regresar se encontró a los dos hombres restantes comiéndose al pobre Miller y Alfred no pudo hacer otra cosa que unirse a ellos. Al día siguiente, nuestro protagonista se ausentó otra vez a buscar comida; en ese lapso de tiempo, al parecer Bell disparó a ‘California’ Noon. Cuando Alfred volvió se encontró a un enloquecido Bell, que parece ser que había decidido ser el único superviviente. Trató de matar a Alfred, encontrando su propia muerte en el intento. 

Al general Adams la historia parece ser que le chirrió un poco y mando encarcelar a Alfred. En agosto, John A. Randolph, un artista que trabajaba para Harper’s Magazine se encontró 5 cadaveres en Slumgullion Pass, al lado del rio Gunnison, muy cerca de la actual Lake City. Los cuerpos estaban todos juntos y no parecían haber tenido una muerte precisamente pacífica. Los retrató como veis en la figura. Ah! Pero para entonces el bueno de Alfred ya había escapado de la cárcel. Estamos en 1874.



Version 2

Nueve años más tarde, en 1883, la mala suerte se cruzó con nuestro afamado guía; uno de los miembros originales de la comitiva que había partido de Utah se lo cruzó en un salón en Wyoming. Fue capturado y llevado a presencia de su antiguo amigo el General Adams, que atentamente se sentó a escuchar, esta vez sí, la verdadera historia.

El grupo salió del campamento de Ouray con provisiones para 7 días. Al poco se vieron sorprendidos por una tormenta de nieve (quién se lo iba a decir, en medio del invierno en colorado). Avanzando muy lentamente y con enormes dificultades, se quedaron pronto sin alimento. Alfred se separó del grupo y trató de cazar algún animal, al ver que sus compañeros estaban ya al borde de sus fuerzas. Incluso uno de ellos, Bell, se estaba comportando de manera muy extraña aquella mañana, `as if hunger were twisting his mind`. Cuando volvió sin haber encontrado nada, Bell se estaba zampando al fuego un gran trozo de carne, sacado de la pierna de Miller. Alfred busco el cuerpo y lo encontró con un hacha clavada en el cráneo, junto a los otros tres compañeros: todos muertos con heridas de hacha. Todo parecía indicar que no había sido un accidente, verdad?. Lo siguiente que Alfred recuerda es que fue atacado por Bell, pero consiguió zafarse y dispararle. Permaneció allí varios días más, enterró los cuerpos y sobrevivió comiendo del muslo ya empezado de Miller. 

Su juicio comenzó el 6 de Abril de 1883. Alfred admitió haber matado a Bell en defensa propia, pero serios indicios de lucha en el cuerpo de Swan, a lo que hay que sumar el hecho de que apareciera con dinero y posesiones de algunos de los otros compañeros, hicieron que el jurado no se creyera su historia. Fue formalmente declarado culpable del asesinato de Swan, con estas palabras:
"Close your ears to the blandishments of hope. Listen not to the flattering promises of life, but prepare for the dread certainty of death. To other sickening details of your crime I will not refer. Silence is kindness."

Fue condenado a morir en la horca el 19 de Mayo de 1883.

Version 3

Ah! Pero esto no es todo amigos. Alfred reclamó a la corte Suprema de Colorado y su sentencia a muerte fue puesta en suspenso. En 1885 la justicia del estado admitió que tenía derecho a un nuevo juicio: la no retroactividad de las leyes ya se aplicaba entonces, y Alfred no podía ser condenado en 1883 por un asesinato cometido en 1873 por la sencilla razón de que Colorado se convirtió en un estado en 1876; anteriormente era solamente un territorio y el asesinato no estaba tipificado.

En 1886 fue condenado finalmente a 40 años de cárcel. En 1897 escribió una carta a un periódico con la tercera y definitiva versión de lo ocurrido.

En ella mantenía que, tras 9 días de travesía llenos de penurias (en los que literalmente había terminado comiéndose sus propios zapatos), acamparon cerca del lago próximo al río Gunnison. La mañana siguiente Alfred se marchó en busca de civilización. Relató que en ese momento todos estaban ya inquietos por el estado mental de Bell, y que le tenían miedo. Cuando volvió, y sin razón aparente, Bell trató de atacarle, y él le mató de un disparo. Después de cargarse a Bell, Alfred comenzó a buscar al resto de sus compañeros, encontrándolos muertos.

Alfred comió carne que encontró al lado de Bell, que parecía proceder de la pierna de Miller. Tras vagabundear varios días llegó a Los Pinos, según él en un estado más que lamentable de salud. Lástima que todos los testimonios afirmaban que de hecho había llegado bastante sano, curiosamente.

Alfred salió de prisión en 1901 en libertad condicional, y falleció en 1907. Los que le trataron al final de su vida le describieron como “a nice old man”. Se rumoreaba que se había vuelto vegetariano.


Como podéis adivinar, este hombre se convirtió en una leyenda.Y, pasados más de cien años, quizá la cosa tenga su gracia no? 




Oh Alfred Packer
You'll surely go to hell
While all the others starved to death
You dined a bit too well

The alfred Packard ballad

domingo, septiembre 07, 2014

El rayo verde

Suelo llegar tarde a los sitios, me pasa a menudo; y eso que soy puntual. Explico. La primera vez que sentí ese vacío, como si llegara a una fiesta y estuviera ya sonando la última canción fue al descubrir a Queen. El grupo inglés apareció en mi casa a mis nueve años cuando regalaron a mi padre por su cumpleaños el Greatest Hits II, era el 30 de octubre de 1991. Recuerdo bien el año porque Freddie Mercury murió apenas un mes después. Entonces sentí esa sensación de vacío, al comprender que Queen nunca más volvería a sacar un disco nuevo y no fue agradable. Luego descubrí que ese grupo había grabado una veintena de discos de estudio durante las dos décadas anteriores y me dediqué a rebobinar en su historia a recorrer el camino ya hecho, mientras los miembros vivientes del grupo se dedicaron a mirar al futuro editando y reeditando todo lo que su cantante hubiera dejado a medio grabar por ahí. Pero esas dos historias se quedan para otro día.

Otras veces la sensación no es tanto de un vacío sordo, sino más bien de desconcierto... Como si leyera un libro al revés, empezando por la última página y descubriendo la historia a destiempo. Me explico otra vez.