miércoles, enero 20, 2010

El monte es suyo (y se lo folla cuando quiere)

Venía sintiendo yo ganas de subir al monte desde hacía tiempo, una manía que no se me quita con los años y que ya me ha llevado otras veces a arrastrar a inocentes urbanitas hasta campas verdes rodeadas de rocas, arroyos y poco más. Todavía hoy me lo recuerdan.

Por aquí poco monte hay, así que nos tenemos que ir hasta la sierra de Grazalema, en la provincia de Cádiz, a escasa hora y media en coche desde Sevilla. Olé. Lo tenía todo preparado: mochila, bocadillos, frutos secos, chocolate, té, una botella de agua, dos barritas de cereales y mi nueva y flamante guía: Andar por el macizo de Grazalema II. El libro lo firma un tal Luis Gilpérez Fraile, y a tenor de lo encontrado en una búsqueda rápida, este tipo es un mito anti-taurino en la tierra de los toros. La guía en sí no está mal, pero los comentarios que suelta de vez en cuando no tienen desperdicio (del palo “este libro NO está dedicado a: los que se arrogan derechos sobre la naturaleza porque se creen superiores”), pero eso es otra historia que habrá que contar en otro momento. Sigamos.



A las once estábamos en la plaza del pueblo del que partíamos, Benamahoma, pueblo que pertenece a la ruta de los pueblos blancos. Nos disponíamos a realizar la ruta número 24 del libro, De Benamahoma a la laguna del Perezoso, así que comencé la lectura (sí, yo soy el pesao ese que va de listillo en los viajes en grupo, leyendo las guías que todo el mundo tiene pero nadie quiere leer): “El camino comienza al igual que lo explicado en la ruta 22.”

Tres páginas más atrás leí: “Partimos de Benamahoma, cogiendo el mismo itinerario que en el camino 21.” Ya te estás cachondeando de mí, Luis Gilpérez Fraile, y todavía no hemos empezado. Pero por fin, la ruta 21 me decía: “Nuestra ascensión comienza pues en Benamahoma, cruzando el Majaceite por el puente que existe junto a la depuradora y subiendo por la pista del cortijo de la Breña. En cuanto cruzamos el portillo de la alambrada (segundo cruce a la derecha y primero a la izquierda), tomamos de nuevo a la izquierda, en dirección al repetidor de TV.”

Como os podréis imaginar, encontrar la pista de subida me costó tres cuartos de hora, mojarme los pantalones hasta el huevo derecho, y perder la débil credibilidad que hasta entonces mantenía ante mis dos acompañantes. Una vez encontrada la pista de subida, abrimos una cancela para ganado con un cartel que decía “Peligro, Ganado Salvaje” y comenzamos a subir rodeando un cerro. Tres cuartos de hora después, con el corazón en la boca y hasta las narices de subir por una pista de tierra sin rastro de ganado peligroso, ni ver nada monte ni nada de nada, ya no se reían tanto. Entonces, algo ocurrió.

Se nos acercó un todo terreno de esos que hacen ahora que no son todo terrenos, verde, grande como él sólo, ocupando toda la pista y el conductor, puro en mano derecha, codo izquierdo apoyado en el marco de la ventanilla, cincuentón. Antes de que abriera la boca, cogimos aire suficiente para preguntarle:

- Buenas, ¿por aquí se llega a la laguna del perezoso? –pero el tipo iba a su rollo.
- No podéis estar aquí, esto es una finca privada. Aquí hay ganado salvaje y se caza. Se dan tiros. Hay cazadores por ahí dando tiros. Hoy igual no, pero otros días se dan tiros. Y eso es peligroso.
- Ya.
- Ya me he encontrado antes con otra gente y les he dicho lo mismo, no podéis estar aquí. Sí que es el camino a la laguna, pero es que es una zona privada, no podéis estar. Hay ganado salvaje y tiros. Es peligroso. Los tiros sobretodo.
- Vale. Bueno, perdón. Hasta luego –cabezas gachas y giro sobre los talones.
- Venga, adiós.

Antes de desandar lo andado definitivamente, lancé una mirada arriba, al cerro que bordeábamos, y me pregunté si el monte también sería suyo. Me reí para mis adentros.

Según bajábamos, el cabreo nos subía. ¿Cómo va a ser un monte de un tío? Es un monte, no puede ser de nadie. Ah, y se me olvidaba. Es un monte que está dentro del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, Reserva de la Biosfera según la UNESCO. ¿Cómo va a financiar la UNESCO fincas de caza de señoritos? Pero había que tener paciencia, todas nuestras preguntas iban a encontrar respuesta en el Centro de Recepción de Visitantes del Parque.

Tras horas más tarde, mirando a los ojos de la chica del Centro de Recepción de Visitantes le pregunto:

- Verás, nos ha pasado una cosa muy rara. Íbamos caminando por la pista que lleva a la laguna del Perezoso, tal y como recoge esta guía de senderismo, y un señor nos ha dicho que eso era propiedad privada y que ahí no podíamos estar, ¿es posible?
- Sí.

Quince incómodos segundos después, la mujer decidió completar su respuesta:

- En el parque hay zonas que son privadas, y zonas que no –razonó.
- ¡Pero si es el monte! –protesté yo.
- Ya, pero es así.
- Y, ¿no hay manera de entrar? ¿Pidiendo permiso? ¿En ciertas temporadas del año? ¿Con servidumbre de paso?
- Si los propietarios no quieren, no.
- Pero entonces, ¿el monte es suyo?
- Me temo que sí.

Volví a girar sobre mis talones por segunda vez en el día, con la derrota pintada en la cara.

¿Derrotado por completo? No lo creo. Tengo aquí a mi lado, entre el portátil y la guía para Andar por el Macizo de Grazalema II, de Luis Gilpérez Fraile, el teléfono de la Oficina de Información del Parque, la Legislación vigente (gracias Luis Gilpérez, por tus estupendos anexos), y la página de la UNESCO en mi lista de favoritos.

Espero que esto sea un To be continued… en toda regla.

7 comentarios:

Álvaro dijo...

Gorro de silicona... check. Bañador (de flores, of course)... check. Jeringa de anabolizantes... check. Listo. Afirmo pues, sin saber nada, que tengo más de una pregunta para usted:

¿Por qué no va a ser el monte (o parte) de un señor? Igual que en los valles, las llanuras o las ciudades, habrá zonas privadas y zonas públicas de la administración que toque, ¿no?

Cuando se crea un parque natural del tipo que sea, ¿qué pasa con los propietarios que ya vivían ahí? ¿Se les expropia? ¿No pueden llevar a cabo ninguna explotación, siguiendo la legislaciónque toque?

La ley de costas preveía expropiar viviendas en las marinas y las riberas. Con un plazo de años. ¿Pero hay ley de montes? Si la hay, al estar el parlamento en Madrid, ¿se llamará ley de sierras?

¿Te jode que haya una finca privada o que el dueño sea el tío del Landrover y el puro?

¿Mencionaste el término "señoritos andaluces"? ¿"latifundios"? ¿"terratenientes?"

¿Dormiste en el sofá?

srcocodrilo dijo...

Bien, bien, tito Álvaro... noto en tu comentario ciertas ganas de divertirte a base provocarme fácilmente, pero ya me conoces, yo no defraudo nunca.

Es un puto parque natural, Álvaro y todos los que lean esto, protegido por la UNESCO. Así que ¡Sí! ¡Ley de espacios naturales ya! Que se les expropie o no me da igual, pero qué menos que pedir una legislación que les obligue a adaptarse a las necesidades del parque y, si se pueden pasear cazadores por sus tierras, que también lo puedan hacer otras personas.

La palabra "latifundio" no llegó hasta mi mente hasta que llamé a mi padre para contárselo, esperando que me consolara. Su respuesta, escueta, reducida prácticamente a esa palabra, me hizo bajar la vista.

Y por supuesto que no dormí en el sofá. Me quemaron antes, como hacen en esta tierra para venerar a sus santos, ¿es el cielo lo que tengo ahí, al alcance de la mano? ¿qué significa este aura dorada que me rodea?

Unknown dijo...

Hola: soy Luis Gilpérez. Siento que hayas tardado en dar con el inicio del camino, pero ese libro es del siglo pasado... y en pocos años han cambiado muchas cosas. El camino que citas es el camino público de Banamahoma al Zahara de la Sierra. Fue usurpado en 2003 y aún andamos (me refiero a la Plataforma por los Caminos Públicos: http://groups.google.es/group/plataformaporloscaminospublicos) con gestiones legales para conseguir que impere la Ley. Puedo enviarte fotos de varias manifestaciones que hemos realizado llegando, con la guardia civil, a la Laguna del Perezoso.
Saludos: Luis Gilpérez

CaesarHec dijo...

Estimado Luís:

Gracias por entrar en el blog y aclarar con tu comentario nuestra confusión. Confio en que el post haya sido de tu agrado y te invito a que vuelvas a entrar siempre que quieras.

Un saludo

srcocodrilo dijo...

Hola Luis,

al igual que mi compañero, te agradezco la visita y la aclaración.

Además, aprovecho para felicitarte por la guía confeccionada, cuya lectura estoy realizando con interés más allá de la descripción de las rutas del parque.

Por último, comentarte que he realizado hoy mismo mi solicitud de inscripción a la Plataforma por los Caminos Públicos en google groups, para así conocer de primera mano este asunto y cooperar en lo posible.

Gracias y un saludo.

mitrulk dijo...

"que se les expropie o no me da igual"

bonita frase, la próxima vez que vengas por estas tierras puedes ir a la zona rural y comentárselo a los del PGOU

"si se pueden pasear cazadores por sus tierras, que también lo puedan hacer otras personas"

no sé si esto sería muy práctico, al fin y al cabo el tipo del puro, por estereotipo que fuera, te advirtió por tu seguridad, todos hemos visto hot shots no?

por seguir tocando un poco los huevos, digo

srcocodrilo dijo...

Venga bah, respondo al segundo vacile aunque solo sea por subir un comentario...

"que se les expropie o no me da igual"

Simplemente me refería a que no era el tema del post. Por su puesto que tengo mi opinión sobre expropiar ciertas posesiones a ciertas personas, y os la podréis imaginar sabiendo que en lugar de la foto de mis padres, en la mesita tengo la de Mendizábal. Pero lo dicho, no era el tema a tratar.

"si se pueden pasear cazadores por sus tierras, que también lo puedan hacer otras personas"

Creo que todos sabemos que la práctica cinegética tiene temporadas. Uno no puede cazar perdices 365 días al año. Así que no creo fuese muy complicado compaginar ciertas actividades. Además, en cualquier época del año los cazadores no pueden disparar a cierta distancia de los caminos (en este caso se trata de una pista) y tampoco creo que los animales se paseen por ahí. Se lo pondrán más difícil, digo yo.