sábado, diciembre 18, 2010

Wikileaks mató a mi madre y violó a mi padre

Más o menos eso es lo que nuestros amigos de los EEUU deben querer que piense todo el mundo. Qué va a ser de nosotros ahora que todos estamos expuestos, qué va a ser de la diplomacia mundial ahora que hay un tipo por ahí suelto con pintas de albino (como el malo de El Código da Vinci. A mí me parece que lo que ese libro contaba es verdad. No se puede negar que Juan es una mujer en el cuadro de da Vinci. Si es que es súper descarado), qué va a ser ahora de los medios de comunicación, la prensa escrita se va a morir, a Internet lo van a censurar, y a la tele… en la tele sigue María Escario, así que está a salvo.

Y uno no puede evitar preguntarse ¿y la verdad?, ¿es que a nadie le importa un coño la verdad? Pues parece que no. La verdad es algo subjetivo… depende de quién te lo cuente… yo ya no sé a quién creer… quién no me dice que el tío este de Wikileaks se lo ha inventado, porque ya me dirás a mí cómo ha tenido él acceso a toda esa información, ¿cómo la ha conseguido? Claro, si es que en Internet lo que falta es seguridad. Ahora yo ya no me atrevo a hacer transferencias bancarias porque puede llegar cualquier tío como este y robarme el dinero, y entonces a ver qué hacemos. No, si está claro, lo que hay que hacer es legislar Internet. Eso es lo que hace falta. Vale. Muy bien. Pero ya llevamos dos párrafos y todavía no hemos hablado de lo importante.

¿Y qué es lo importante? Pues lo diré bien clarito. A mi juicio, hay tres aspectos sobre los que merece la pena debatir en todo esto del wikileaks, lo demás es morralla. Uno, la verdad puesta en evidencia por los documentos publicados. Dos, la vergonzosa actitud de la prensa española haciendo vacío a este tema simplemente porque hay un periódico con ventaja. Y tres, el bochornoso espectáculo que hemos tenido que presenciar con el tema del arresto del albino. Hasta los controladores aéreos se solidarizarían con este tipo.

En plena era de la Información, nos estamos quedando sin adjetivos para cada nuevo acontecimiento. El evento del año, del siglo, del milenio… las noticias caen por su propio peso antes de darse a conocer. Así pues, a nadie le extraña que la filtración a través de Wikileaks de más de 200.000 documentos internos que muestran los hilos de comunicación del Gobierno central de los EEUU con la diplomacia presente en todo el mundo, se haya presentado como el megaevento que va a cambiar la forma de dar las noticias. Y eso ya molesta a la gente. A fin de cuentas, lo que esta filtración pone en evidencia es que todos los amigos de la Teoría de la Conspiración pueden dormir tranquilos: ¡Era verdad! Todo lo que soñamos acerca del poder y nunca se atrevieron a confesarnos va y resulta que es cierto, la diplomacia mundial opera al margen de la ley y tira de contactos y de influencias para conseguir sus objetivos. ¿Y podemos meter en la cárcel a alguien? Difícil estaría y tampoco creo que sea el objetivo; al y al cabo tan sólo se trata de emails entre colegas, como quien dice. El problema es que en lugar de hablar del partido de anoche comentan los sobornos a jueces, las presiones a ministros y los cotilleos de pasillo acerca de los intereses de China en Corea. Pero no dejan de ser eso, (amenazantes) cotilleos.

Y por ponerle una pega a toda esta avalancha documental, hay que comentar algo que hasta donde yo he leído se ha pasado por alto: Wikileaks va a morir por aplastamiento. De más de 200.000 folios en concreto. La crisis entre Marruecos y España, en una situación normal, ocuparía dos semanas en la prensa; lo de Litvinenko duró más de un mes; la tensión entre las Coreas podría alargarse más incluso. Pero claro, a un ritmo de un cable cada diez minutos, a las tres semanas a mí me cuesta recordar así de primeas una docena de asuntos que se hayan destapado. Me desbordan. La avaricia rompe el saco, que se dice.

Por otro lado, la prensa española (la que mejor puedo seguir) me ha defraudado mucho con este tema (aunque Escolar lo está siguiendo bien de cerca). El País se ha volcado de forma desmesurada (entiendo que no es para menos), pero es que el resto de los medios lo han ninguneado. El Mundo, ABC, El Correo, y no me preguntéis por los noticiarios de la televisión porque me hierve la sangre (ahora mismo en La Primera María Escario está comentando que hoy a Cristiano Ronaldo unos admiradores se le han acercado y le han pedido que les firme una berenjena que les ha salido con una mancha que parece la cara de la mismísima estrella merengue). Pardiez (dijo Alatriste), han pasado por encima de todo este asunto de forma descarada. Y es que uno puede entender el desprecio que han sentido al ver cómo El País ha sido elegido junto a sólo otros cuatro periódicos mundiales (Der Spiegel, Le Monde, The Guardian y el New York Times) como la élite mundial del periodismo, los paladines de la información. Ahora eso sí, de sentirse marginado a pasar por encima de las noticias aquí reveladas (por Dios, Zapatero, en cuanto llegó Obama a la Casa Blanca, ofreció la base de Rota como candidata a albergar el Cuartel General del AFRICACOM, mando del ejército americano en África (¡) ¿es que a nadie le parece importante?), hay un trecho. Que sigan hablando del estado de ánimo de Cristiano Ronaldo y de las berenjenas con caras de personas, que así nos luce el pelo.

Y si la prensa española ha ignorado al wiki de moda, casi más lamentable es el trato que le ha dado la media internacional. El asunto de los cables del gobierno americano ha derivado en un asunto mucho más truculento: Julian Assange se folló a dos suecas, por separado, aunque parece que a ellas no les gustó cómo se portó y después se fueron, juntas, a denunciarlo (para los curiosos, aquí y aquí tenéis suculentos relatos de la bochornosa historia). Al día siguiente este hombre era el enemigo público número uno, y la Interpol dio la orden de búsqueda y captura contra el hacker-periodista-presunto violador de moda. A parte de hacer famosas a esas dos chicas, al parecer feministas y cristianas y suecas, y de elevar el protagonismo de Assange en todo esto a cotas jamás soñadas por un albino, lo único que se consiguió fue desviar la atención de lo importante. Que miren al continente y se olviden del contenido. Qué tomadura de pelo tan tonta.

Son poquísimas las voces (de gente conocida, las anónimas clamamos contra el cielo) que han calificado esta pantomima de lo que es, una absoluta vergüenza. Ha tenido que venir Lula, ya por encima del bien y del mal, a dar lecciones. También hay gente como Chomsky que dice cosas interesantes pero claro, Chomsky es un peligroso rojo antipatriota así que ya sabemos lo que va a decir.


Una vez más, los buenos (el Gobierno de los EEUU) ganan, y los malos (los albinos que piratean ordenadores) pierden. Mientras el Gobierno norteamericano nos prohíbe leer los documentos, resulta increíble como la diplomacia mundial (y no necesito cables que me lo demuestren), ha convertido una publicación masiva de documentos que los ponían en evidencia, en un culebrón de media tarde de dimensiones globales (excelente actuación de la Interpol, por cierto. Yo no sabía que ahora ponen órdenes de búsqueda y captura a todos los presuntos violadores del mundo.)

Sólo queda lamentarse por la ocasión perdida, y porque, como siempre, todo va a peor. De toda esta historia dudo que se cambie la forma de actuar de la diplomacia mundial (de la misma forma que tras una crisis financiera neocapitalista se ha apostado por un capitalismo aún más radical), pero seguro que acabamos sacando una ley de “protección de datos” para Internet que al final, ironías del destino, acabará dando permiso a cualquier Gobierno para entrar en mis cuentas, ya sean bancarias o de correo, bajo el pretexto de que soy un presunto hacker-espía-albino (en el orden en que prefiráis). El infierno son ellos, y yo me miro al espejo y ya empiezo a ver la berenjena.

1 comentario:

CaesarHec dijo...

Ayer en "La Rosa de los Vientos" estuvieron hablando de la información que wikileaks publicó el pasado marzo sobre la guerra de Afganistán. Según la filtración EE.UU. estaba temeroso de que los estados europeos dejaran de apoyar la misión, con especial preocupación respecto a Francia y Alemania.

Para evitar una eventual salida europea de la guerra, la CIA diseñó una estrategia informativa. En el caso de Francia se trataba de poner el acento en la situación de la mujer, tema muy sensible para la sociedad francesa. En cambio, en Alemania el objetivo era vincular la seguridad en Europa con el éxito en Afganistán, advirtiendo del aumento del terrorismo y el tráfico de drogas si la misión fracasaba.

Pues bien, aunque todo esto es de dominio público, nada cambia. Vivimos en la sociedad de la información pero no del conociento. Por eso vuestro idolatrado Rubalcaba se puede permitir el lujado de ir a Afganistán y afirmar ayer mismo que "garantizar la seguridad aquí es hacerlo en España" (http://www.elpais.com/articulo/espana/Rubalcaba/Garantizar/seguridad/Afganistan/supone/garantizarla/Espana/elpepuesp/20101219elpepunac_2/Tes).

Y no se puso ni colorado.