lunes, abril 02, 2012

Discos de modernos: Iggy Pop - Lust for Life

De entre todos los mandamientos por los que se rige la vida de un moderno, hay uno que destaca por polémico y característico, sin duda uno de los rasgos más representativos de esta forma de vida (forma de vida, ¿por qué no?):

Llevar la contraria.

Algo tan simple y a la vez tan complicado, pero que siempre hay que llevar a rajatabla. Un moderno auténtico no se puede permitir el lujo de agradar a su interlocutor a base de estar de acuerdo en lo bien que se lo pasaron viendo tal película, en lo mucho que les gusta aquel músico, o en lo bien que se come en ese cuchitril que pone hamburguesas debajo de casa. No. Un moderno auténtico y esforzado en serlo, debe llevar la contraria a todos su interlocutores, incluso cuando este mandamiento le lleve a argumentar que el último disco de los Flaming Lips es una obra maestra, justamente cinco minutos después de haber proferido auténticas barbaridades contra ese mismo disco en presencia de un público aficionado a los de Oklahoma. Y es que no hay nada más moderno que mostrar unos gustos únicos que nadie comparte. Lo más moderno siempre es lo que los demás desconocen, o lo que no valoran. Yo me puedo mofar de Marta Sánchez delante de unas aficionadas a los 40, como todos, pero también reivindicarla como auténtica renovadora del party-pop o del lollypop-pop patrio ante unos desconsiderados que se atrevan a difamarla. Así de dura es la vida del moderno.

Con esta norma por bandera, no resulta de extrañar que los modernos guarden una extraña y cíclica relación con los músicos, que sigue más o menos este esquema:

1) Fase “Rockdelux”: Ni dios conoce al debutante grupo murciano “The Velvet Alcachofas”, así que un moderno de pro no duda en calificar su disco de debut “Mi mamá me hace la cena” como una absoluta obra maestra ante cualquier aforo posible, consiguiendo que el público se encoja de hombros ante el desconocimiento general de la existencia de los murcianos, lo que sube el ego del moderno hasta cotas inconcebibles.

2) Fase “Radio3”: Comienzan los problemas, y es que a medida que “The Velvet Alcachofas” se van haciendo un hueco en el circuito indie nacional, el moderno empieza a ver flaquezas en su segundo disco “Los jubilados no deberían tomar Viagra”, claramente alejado de la magia y chispa del primero. La fama se huele y con ella el desastre.

3) Fase “Música Sí”: Con su quinto disco “This is it”, el segundo en inglés, los murcianos afincados en Londres “The Velvet Alcachofas”, que ya firman como “The Velvet Artichokes” han logrado lo inimaginable, encabezar el cartel del festival Glastonbury ‘2026. El moderno, anuncia sin titubeos en su twitter que por primera vez en quince años, no irá al festival anglosajón en protesta por haber cedido ante la presión de las discográficas a la hora de incluir a estos impresentables en su cartel. Consigue siete retweets.

4) Fase “M80”: Sólo las mamás que van a buscar a sus niños en tanques todoterreno a la salida de los colegios escuchan los discos de “The Velvet Artichokes”. Nadie más los recuerda. Sus hijos protestan al escuchar a los de Murcia. El moderno los ignora.

5) Fase “Iggy Pop en Trainspotting”: Justo cuando cumplen sesenta años, los integrantes vivos de “The Velvet Artichokes” celebran con sorpresa un renacer en el interés por su música, al haber sido incluida una de sus canciones en la banda sonora de una popular película –definida como “de culto” en su pre-estreno- titulada “Trainspotting 2, cocainómanos en Murcia” (para todos los públicos). Dos meses antes del pre-estreno, y gracias a teasers y publicidad viral en Internet, el moderno ha vuelto a escuchar sus discos de “The Velvet Alcachofas” y ha sentido renacer algo en él, una chispa que creía olvidada, los de Murcia realmente eran buenos.

6) Última Fase, “Tom Jones se ha inflado a Botox”: Tras su revival, “The Velvet Alcachofas” con una formación renovada, integrada por los nietos de los miembros originales a excepción del cantante y fundador del grupo, que canta en silla de ruedas, se dedican a hacer giras mundiales en estadios de fútbol, abanderan campañas a favor de los derechos de los suricatos pardos, y han tocado dos veces ante el papa. Grandes éxitos, Antologías, discos homenaje, dos biopics y cuatro series distintas de muñecos (incluidos Lego), por fin reciben el merecido reconocimiento a su trayectoria. El moderno, ya abuelo, ha prohibido a toda su familia que entre en casa cualquier producto de la factoría “The Velvet Artichokes”, y ha publicado en su olvidada cuenta de Twitter el siguiente y polémico (si alguien lo leyera) comentario: “Me gustaban cuando no eran comerciales”.

Pues algo parecido pasa con Iggy Pop.


Este tipo ha sido ídolo punk desde finales de los setenta, ha estado tirado en la cuneta gracias a su íntima relación con la heroína alguna que otra vez, han hecho películas sobre su relación con Bowie, documentales sobre su triángulo musical-amoroso con Bowie y Reed, Trainspotting puso a su Lust for Life en las orejas de nuestra generación veinte años después de haber sido grabado, y el tipo todavía tiene ganas de dar conciertos.

Es famoso por sus gestos espasmódicos en los conciertos, de los cuáles sigue haciendo gala y que hace más de cuarenta años le valieron el apodo de “La Iguana”. De entre toda su trayectoria, primero con The Stooges, luego en solitario, luego otra vez con The Stooges y ahora ya no lo tengo claro, destacan los dos que grabó con el Duque en los dos fructíferos (en todos los sentidos) años que vivieron en Berlín: The Idiot y Lust for Life. Aunque probablemente el primero tenga más mérito en cuanto a innovación musical se refiere y la mano de Bowie se note mucho más, yo siempre he sentido una predilección especial por su Lujuria por la vida. Mucha guitarra, mucho ruido, mucha energía y muchas ganas de comerse el mundo. La canción que da título al álbum, The Passenger, Sixteen, Tonight, Success… bah, da igual, los nueve cortes son un estallido de rabia del bueno, la rabia que Bowie no era capaz de poner en sus discos, y que en Iggy, bien canalizada, generaba discazos como este.

3 comentarios:

mitrulk dijo...

La Wikipedia me informa de que esta casado y con hijos?? Pero no hacia llorar a dios con David bowie?

srcocodrilo dijo...

Uy, tener hijos dice.

Es ese el menor de los pecados que cometieron por aquella época. Recuerda que toda esta gente, desde siempre le han dado a pelo y a lana. Fueron años loquísimos... loquísimos... y además les dio tiempo a probar de todo, que no está nada mal.

delia dijo...

jajaja jaja, muy bueno.
A ver qué tal se porta en el Territorios.