domingo, julio 04, 2010

El desencanto (político)

Avanza España a cuartos, avanza España a semis; una paraguaya con las tetas gordas no sabe qué más hacer para llamar la atención, todo el globo se alegra de la humillación a Maradona y sin embargo la vida sigue. Pero una frase en los comentarios del post anterior me ha hecho reflexionar: Me gusta el cáriz deportivo que está tomando este blog ha dicho Álvaro, y tiene parte de razón. Revisando los textos de los dos últimos meses, tocamos el deporte, la literatura, la música, la ficción; ¿y dónde está la política? Me pregunté. ¿Cómo puede ser que no hayamos hecho ningún comentario en este blog sobre la plaga de noticias de carácter político y financiero que protagonizan los periódicos y noticiarios estos últimos meses?

Es cierto que muchas veces me he sentido tentado de hacer comentarios sobre alguna de estas noticias, pero nunca me he atrevido a escribir el post, y en parte esto se debía a que no me sentía con confianza suficiente para opinar sobre temas que no conocía en profundidad. ¿Por qué, entonces, no era capaz de profundizar más sobre esas noticias? ¿A qué se debía mi inapetencia política?

Simplemente no he sido capaz de interesarme lo suficiente, y no porque no haya habido anuncios importantes, todo lo contrario, pero poco a poco a lo largo del último año me he ido hastiando progresivamente del mundo político, y es que las noticias resultaban demasiado pobres. Me refiero a una pobreza de espíritu, una pobreza moral, tanto de la clase política nacional como internacional; una falta de profesionalidad absoluta para tomar medidas, mezclada con la sensación de impotencia que da ver como esas figuras oscuras y difusas que son los mercados, los lobbies, y las grandes empresas juegan con los gobiernos como hacía yo de pequeño con mis lego. Ningún muñeco se quejó en los diez años que me dediqué a ser su dios. Bien sabemos que conseguir el hastío de la masa, del pueblo llano, es uno de los mecanismos más elementales de la sociedad de consumo tal y como proclaman las teorías de control de las masas, pero qué se le va a hacer, aún y así he caído en la trampa hasta el fondo, me he cansado.

Me he cansado de los estatutos, los Gürtels, las grotescas y descaradas y antidemocráticas maniobras contra Garzón, las esperadas reformas laborales, los recortes salariales, los G20’s y las empresas de ratios. Me canso, sobre todo me canso.

Enciendo la televisión y trato de evitar las sonrisa sádica de Esperanza Aguirre, siempre diciendo barbaridades y poniendo cara de estar hablando del tiempo; o la cabeza encogida, el gesto curil de Zapatero que parece que está pidiendo perdón constantemente; me resulta cada día más insoportable la cara de pánfilo de Rajoy, y sus vacías respuestas (vacías incluso para un político), o la expresión lela de Bibiana y su manido discurso. (Nótese la intencionada paridad en las comparaciones).

Ese sentimiento de que la cosa no va conmigo, con nosotros, inunda cualquier información. Ni piensan en nosotros, ni cuentan con nosotros, ni nos van a dejar hablar (o no nos escuchan, que no es lo mismo pero sí peor). Somos una sociedad huérfana.


Tampoco encuentra uno cobijo en la prensa, que parece haber tomado partido de forma irracional por uno de los dos bandos con capacidad de gobernar. El ciudadano no entiende, el ciudadano no está preparado. Claro que si alguien le hablara claro al ciudadano, quizás este podría posicionarse de forma más clara, o al menos tomar acción propia, al margen de los partidos. Cansan también las portadas de Público de tan amarillas que son, pero no menos que las del ABC o, por qué no llevarlo al extremo, La Razón. Tampoco a uno le reconforta leer los periódicos teóricamente más moderados El Mundo y El País. ¿Y qué ocurre con la televisión? ¿Por qué a partir del canal 20, la TDT está plagada de tertulias Aguirristas cuya única facultad es la de transportar el espectador a tiempos pretéritos, entre el 34 y el 36 más exactamente? Y de nuevo, tampoco los canales tradicionales sirven de cobijo al espectador que busca información. Escuchar el telediario de la Primera es como escuchar a un padre explicando los temas de política a su hijo de tres años, como si profundizar en cualquier tema fuese meterse en un callejón sin salida, y por lo tanto se considera una acción inútil. Y lo de Matías Prats ya es caso aparte. Su padre acabará pareciendo un gran demócrata a nuestros ojos como su hijo siga este camino.

Aunque, quién sabe, puede que siempre haya que confiar en la renovación de las clases política y periodística. En cuanto a lo segundo, los reptiles confiamos plenamente en Internet, hogar de blogs y magazines independientes que pueden encontrar una difusión inimaginable hace diez años. Y por el lado político, por mucho que me tema que algunas de las figuras políticas del momento se van a perpetuar hasta el final de los tiempos (¿alguien más vio a Acebes el otro día hablando en el Congreso?), sí que hay algunos nuevos rostros que auguran tiempos mejores. Son los Patxi López, Basagoiti y Feijoo, que imagino no tardarán en mirar a Madrid. Puede que no conozca sus actuaciones con detalle, pero al menos cuando me topo con ellos en un canal no me siento impelido a cambiarlo. Y es que si la crisis financiera parece profunda y complicada, la política y mediática está en lo más profundo de una de esas simas oceánicas de los documentales de La 2, donde sólo habitan pececitos pálidos y ciegos, de esos que jamás han visto la luz.

4 comentarios:

CaesarHec dijo...

La foto que has puesto de Bibiana no tiene perdón de Dios....

Yo creo que el hastío al que haces referencia es un fenómeno bastante extendido en Europa entre las personas de nuestra generación. En mi opinión, una de las razones más importantes por las cuales se está prduciendo este desapego es la cada vez más evidente falacia de la democracia parlamentaria.

Cuando yo estudiaba te hablaban de las dificultades para transformar los grandes partidos, de los nuevos movimientos sociales, del acomodamiento de las socialdemocracias.... Pues yo creo que lo que late detrás de este distanciamiento es una enmienda a la totalidad del proyecto. Cada días más gente opina que los centros de decisión están fuera de los parlamentos nacionales, fuera incluso de los organismos internacionales. Cada vez somos más los que pensamos que las diferencias entre las distintas fuerzas políticas son de matiz. Por eso aparecen el partido pirata o los neo-nazis, las cosas claras y el chocolate espeso, un par de buenos asideros, racismo o decargas a tutti pleni, pero clarito. O el partido este que prometía no cumplir ninguna promesa electoral. Cada días somos más los que nos lo tomamos a broma porque, si no lo es, lo parece.

Yo creo que pronto asistiremos a elecciones nacionales con niveles de participación escandalosamente bajos. Que sigan haciendo los que les salga de los huevos, pero encima que no vacilen con lo de la soberanía popular...

srcocodrilo dijo...

Gracias por tu comentario, Hec. Me viene que ni pintado para colar este
enlace que olvidé meter en el artículo. No lo podrías haber dicho mejor.

BJ dijo...

La gente está muy quemada, pero las "democracias" occidentales saben cómo controlar a su población, y en estos momentos una sociedad con miedo que la haga fácilmente maleable, con dificultades económicas para que se deje explotar y apática para que no piense que existen otras posibilidades es el mejor escenario políticamente hablando. Controlar esto dentro de unos límites tolerables será cada vez más, la tarea de un buen gobierno.

CaesarHec dijo...

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Es que es de cachondeo. A mí el político español que mejor me cae es Camps, el tio tiene más cara que espalda, y siempre con esa sorrisilla de cabrón y los ojos de fumao, jurando su inocencia a los cuatro vientos. Claro que sí, puestos a hacerlo, a lo grande!!

Eso sí, no soy tan valenciano ni tan gilipollas como para votarle...