
Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
A quien pueda interesar: se describe en este post un viaje en bicicleta por tierras francesas, un recorrido a través de Midi-Pirineos, Languedoc y Provenza, 750 km divididos en cuatro piernas, tostadas por el sol y el viento, y refrescadas en ocasiones por el Mediterráneo y por aguas más gélidas que inspiraron a otros. No será un post exhaustivo, más bien saldrá breve, a veces un poco lírico, y quizá parezca inconexo; las ciudades y demás cosas de interés están mejor descritas en la wikipedia: nosotros lo único que hicimos fue pedalear, sin mérito alguno el camino iba apareciendo sin esfuerzo tras nosotros.
Casilla 1: Tolouse - Narioux, 42 km. Tras el largo viaje, llegar a Toulouse a las 5 de la tarde y pedalear hasta el camping más cercano fuera de la ciudad. La parte final, una primera toma de contacto con la experiencia del viaje, el atardecer iluminando los viñedos en una carretera secundaria sin tránsito de vehículos, solos en la bicicleta bajo el cielo azul francés. Una gozada.
Casilla 2: Narioux - Carcasona, 84 km. Etapa completa disfrutando por primera vez del canal en todo su esplendor. La ciudad vieja de Carcasona es una maravilla, aunque al entrar se transforma en un circo de tiendas y restaurantes. Aún así merece, y mucho, la pena.
Casilla 4: Lezignan - Lagrasse - Lezignan - Narbona, 76 km. La visita a la abadía de Lagrasse no mereció demasiado la pena, aunque el paisaje era muy bonito. Narbona es una ciudad más grande, con más vida, nos gustó mucho, así como su casco viejo y su catedral. Visita bastante imprescindible en el trayecto del canal, aunque en realidad hay que desviarse de Midi hacia el sur, a través del canal de la Junction, hasta dar con el canal de la Robine, un poco lioso.
Casilla 5: Narbona - Frontfroide - Narbona - Capestang, 89 km. Etapa reina del viaje, mereció la pena ver la abadía de Frontfroide, muy impresionante y bien conservada. Aprendizaje valioso de las actividades de los monjes (solo 3 temas de conversación permitidos). En Capestang nos encontramos un pueblo muy tranquilo y con mucho encanto, que también nos gustó. Y por supuesto, volvimos al canal con esa pinta de playus que nos caracterizó durante el viaje.
Casilla 7: Agde - Sete - Grande de Motte, también conocida como la Gran Muerte, 86 km. Vamos bien de piernas y decidimos tirar con la bici lo más al norte posible, justo debajo de Montpellier, para quedarnos a las puertas de la Provenza en una etapa más. El camino costero es espectacular, mucho sol y calor pero unas playas estupendas, todo listo para andar en bici, una gozada. Nos damos cuenta de la diferencia abrumadora en ese sentido entre ambos países.
Casilla 8: Gran Muerte - Arles, 66 km. Casi llegando a destino, nos quedamos a las puertas de la provenza en una ciudad con mucha historia, mi favorita del viaje. Anfiteatro romano, muy bien conservado aunque reformado, ya lo decía un sabio español, y enésima cena romántica a la luz de las velas.
Casilla 9: Arles - Isle sur le sorge, o Isla de la suerte (traducción libre), 68 km. Llegamos a nuestro campamento base en Provenza, tras atravesar Cavaillon y la meca del deportista, el alfa y el omega de este viaje.
Ah, que me falta la última casilla; el Cielo. Como también sabéis, el Cielo se pinta pero nunca se alcanza, no es el objetivo del juego (o sí lo es, yo ya no lo sé). Si acaso, podéis considerar lo que sigue como una pequeña revelación; en este viaje nos hemos dado cuenta de que, con el paso del tiempo, se hará más y más difícil que todos/as coincidamos como antaño, aparecerán más obligaciones, más dificultades, la separación espacial jugará también su papel, todo se complicará. Eso está fuera de toda duda, así como las circunstancias de cada uno en cada momento. Pero creemos de veras, y esa es nuestra revelación, que merece la pena hacer un esfuerzo grande para que, en las próximas vacaciones, y en las que vendrán, sean 15 días de agosto o un fin de semana de Marzo, sea en España o en Francia o en Berlín o en Washington, seamos todos a una o por partes, todos los años intentemos juntarnos para conservar una de las cosas más valiosas que cada uno tiene, y es la amistad del resto. 750 km no han dado para más, ni para menos.