jueves, noviembre 15, 2012

Boñigas y cardamomo parte I: Delhi

Aterrizamos el día 29 en el Indira Gandhi International Airport. Largo, larguísimo, metros de alfombra rodante, cientos de personas. Acero bruñido y pantallas digitales, pero también saris, motocarros, smog y una muchedumbre que te asalta a la salida, reclamando tu atención. Estábamos sobre aviso. Welcome to India - Námaste.
Llamaremos a nuestro guía Yogui, un nombre perfectamente válido y que además es el suyo; el conductor permanecerá anónimo el resto del viaje. Nos sueltan en el hotel Oberoi de Nueva Delhi, la ciudad de los Británicos. Hartos de la inmundicia, la lluvia y el agobio de Calcuta decidieron recrear un pequeño trocito de su añorada Albion, al menos de la imagen de la misma que tenían. Hoy en día los guiris que se van a Canarias se conforman con pubs donde ver partidos del Manchester United y comer fish and chips, quien los ha visto y quien los ve... Ochenta años tras su inauguración y sesenta y pico tras convertirse en capital de la India independiente, Nueva Delhi  sigue siendo una excepción de avenidas de anchas aceras, edificios coloniales y jardines amplios en un país de más de mil millones de personas.
A la entrada del hotel nos comprueban los bajos del coche con un espejo. Los guardas nos hacen un saludo militar antes de cruzar la valla que nos separa del exterior que no se antoja, a primera vista, tan terrible. Mientras esperamos a registrarnos desplegamos todo nuestro poderío hispano, y pronto los sofás tapizados y los cojines coloridos se hayan cubiertos por un bazar de maletas, mochilas, Kalenji, Quechua y mortajas de nuestros cuerpos maltrechos. Llevamos 19 horas de viaje, 2 comidas de avión, una escala en Amman, una película de Pixar y otra de Marvel, un andaluz borracho y dos alemanas insoportables, y un Indio bebedor de whisky a quien tuve que escribir la documentación de entrada del país. Mientras esperamos nuestro turno nos vamos durmiendo y el resto del hotel despierta para encontrare que han sido invadidos por zarrapastrosos con peineta y prima de riesgo.

The Oberoi

 Vestíbulo de el Oberoi
Parte de una cadena y con diferencia el hotel más lujoso que vamos a catar en este viaje, la fachada no promete revelar más que el típico hotel-mamotreto de Benidorm; sin embargo hay un señor con levita y simpático gorro a la entrada cuya única función parece ser saludarnos. Otras personas tienen otros trabajos igualmente peregrinos: subir maletas -imposible negarse y llevarlas tú-, ver como un arco detector de metales inevitablemente pita y sonreírte mientras insiste en que pases sin hacer ninguna comprobación adicional, repartir periódicos desde un pequeño mostrador... a ese señor nos dirigimos en modo Paco Martínez Soria, hasta que nos indica con una media sonrisa que son los otros tres larguísimos mostradores llenos de personal donde uno se registra. Jaque mate, este no es nuestro mundo.
El vestíbulo huele a perfume, abundan los cuencos de agua en los que flotan pétalos de rosa. Hay dos piscinas y nos rodea una vegetación frondosa y oscura. Cuando subios a la habitación finalmente comprendemos la expresión "Vivir como un maharajá". Eso sí, Internet de pago y a precio de rubí. Me siento como en casa. Desde luego hemos avanzado desde aquel motel de carretera en Cuenca, el politeísmo nos sienta bien.

De templos y monumentos

Estuvimos sólo un día en la ciudad, y pudimos visitar poco de vieja Delhi y algo más de la ciudad británica. Nueva Delhi tiene el mismo aire capitolino y algo impersonal de Washington. Hoy es festivo y las familias salen a ver algunos de los monumentos que abundan en esta parte de la ciudad. A los españoles no suele vérsenos en estos lugares y eventos. ¿Son los indios más nacionalistas/patrioteros/víctimas de la propaganda? ¿O son, simplemente, muchísimos más? Visitamos la puerta de la India, los palacios del presidente y de los ministerios, la zona de las embajadas y un bonito y sencillo monumento en el lugar donde fue cremado Gandhi.
Mansión del presidente de la India

Puerta de la India

Raj Ghat, memorial de Ghandi


Para completar la ajetreada jornada visitamos tres templos también. El hinduista no es como lo esperábamos: es colorido, alegre, poco solemne y no estaría fuera de lugar en Port Aventura. Los hindúes tienden a llenarlo todo de capillas, capillitas e ídolos. Tras diez minutos me pierdo en la sopa de nombres y renuncio a entender si está dedicado a algún Dios en concreto o si hay algun tipo de organización o jerarquía. A la gente no parece importarle: llegan, tocan la campana a la entrada de la puerta, dejan flores o dulces, echan una moneda, musitan algo, se arrodillan, o tocan el dintel de la puerta... y se van a otra cosa, a otra capilla, a otro dios. No tenemos fotos del interior preñado de esvásticas.
Cris en el templo hinduísta de Laxminarayan

Siguiente parada: el templo Sij de Gurdwara Bangla Sahib. Los miembros de esta religión son una minoría, pero han alcanzado una visibilidad y relevancia social importante. Determinadas características no hacen sino reforzar la identidad Sij y la sensación de pertenencia a una comunidad, cosa difícil en una sociedad generalmente permisiva y permeable, donde todo se mezcla y Budha acaba siendo el octavo avatar del dios Vishnú en la tierra. Los Sij se distinguen por llevar siempre barba y turbante (nunca se cortan ni muestran el pelo), una daga y una pulsera de acero. El aspecto es generalmente serio, fiero incluso. Sus templos van sobrados de oro, aunque ninguno alcanza el nivel del templo de Amritsar. Los templos son llevados por voluntarios, y tienen la curiosa costumbre de la cocina comunal: los fieles se reunen, cocinan juntos y comen juntos, un ritual que recuerda que -al menos en principio- no creen en clases ni castas. Aunque no compro, gracias, al menos escucho su interesante oferta, y pruebo su comida de las manos de un señor muy mayor y dudosa higiene.
Gurdwara Bangla Sahib

En la cocina económica Sij

En la ciudad vieja tuvimos un primer contacto con el ajetreo, el tráfico y las callejas que son tipicas de las ciudades indias. Para muestra, un botón: el bazar de los ladrones, donde según nuestro guía se puede recuperar lo que te "desaparece" en el mismo día. Observad el preciso cableado típico de la zona. La foto está tomada desde lo alto de la mezquita.
Ademas de robado y apaleado, electrocutado

La mezquita de Delhi (Jama Masjid) es la más grande de la India. Aún así no resulta especialmente impresionante en comparación con otras más masivas o hermosas pero nos dio para inaugurar el contador de anécdotas. Poco después de ponerle a Cris un precioso paño de flores en la mejor escuela señora de Cai bajando a la playa, comenzó a tener peticiones de fotos. Niños, niñas, adolescentes: todos querían una foto con Cris, se quedaban mirando sin reparo alguno o directamente sacaban el móvil y disparaban,  con una chocante y divertida falta de disimulo. ¿Hay una actriz de Bollywood de aspecto semejante? ¿En doscientos años nunca pisó la India una inglesa que fuera, a la vez, blancurria y de pelo oscuro? ¿La precisa combinación de rasgos de Cris hizo que los indios mojen las bragas, sin importar edad, género o condición? Misterios que nunca se resolverán.
Cris, desi superstar

Finalmente nos arrastraron hasta un conjunto arquitectónico a las -estimo- afueras de la ciudad. Para esas horas caminábamos ya como zombis y nos quedábamos dormidos en los rincones. Logramos rescatar dos neuronas y tres gotas de adrenalina para asombrarnos ante el minarete Qutb, que domina el complejo de ruinas y construcciones del mismo nombre. Fue construido por los primeros gobernantes musulmanes de Delhi y resulta imponente, bello y muy distinto a los minaretes a los que estamos habituados. Caminamos entre los templos, primero hinduistas, reconvertidos en musulmanes y hoy simple monumento, y vimos la grabación de una escena de una película de Delhiwood. Día completo, día cansado: no recuerdo el regreso al hotel ni quedarme dormido, pero lo agradecí a buen seguro.
Fijaos en el tamaño de las hormiguitas al pie del minarete


1 comentario:

Morvader dijo...

Álvaro para que sirve el botón del hotel???!!!!!. El vídeo se corta!!
Dios que intriga.

Espero que dejes para la segunda parte del post el relato de la revelación que tuviste (guiño, guiño)