miércoles, agosto 20, 2014

Discos de modernos: Moloko - Things to make and do

 
- Do you like my tight sweater? See how it fits my body!

Fue la frase que lo inició todo. Él era el pinchadiscos de la fiesta y ella la chica que se lo iba a ligar. Estamos en 1994 en medio de Inglaterra, el Britpop empieza a ocupar todas las portadas mientras la gente se dedica a la música electrónica, las raves y la química. Mark Brydon era un ya conocido DJ y Róisín Murphy una irlandesa veinteañera que se iba a ligar al DJ.Y se lo ligó.

Un año después sacaron su primer disco, titulado “Do You Like My Tight Sweater?” y tres años después, en 1998, el segundo: “I Am Not a Doctor”. Sonaban a Trip-hop, a House, a Dance. Samples, sintetizadores y Róisín casi recitando en lugar de cantar, sin explotar su voz. Grupo alternativo; pocas ventas; poco conocidos. Hasta que un colega llamado Boris Dlugosch cogió una canción de ellos un tanto sosa y la convirtió en esto.

Entonces el grupo, la broma, la tontería entre la irlandesa y el DJ de pronto tenía futuro, la fórmula del éxito estaba ahí. Sabían (los dos) hacer música, sabían hacer música que gustara (es decir, que se bailara) y tenían la cara bonita que hace falta para triunfar (o tienes un grupo de chicos con cara de malos, o tienes una chica guapa en el grupo; así funciona el tema, chaval). Sin perder de vista la idea de que el remix de “Sing It Back” lo reventó en las pistas de baile de medio mundo. Habían encontrado a su público. Así, dos años después, publicaron “Things To Make And Do”.


Suena menos electrónico que sus predecesores. Cuerdas y vientos se hacen más presentes. Las melodías son más bailables, más accesibles, más pegadizas y Róisín empieza a sacarle partido a su voz. Y tenía mucho partido por sacarle.

The Time is Now fue el primer single, la canción fuerte, y la guitarra “aflamencada”, las palmas, el cuarteto de cuerda y la voz en falsete sus señas de identidad. El resto del disco resulta un tanto desigual, pero Indigo, Pure Pleasure Seeker y Somebody Somewhere mantienen el nivel.

Llegaron las ventas de discos, los top 10, los festivales y la gira mundial. Moloko era un grupo conocido para la industria alternativa con canciones conocidas y bailadas en cualquier discoteca. Moloko era una pareja, y la pareja se acabó, así que Moloko también. En 2003 publicaron su último disco, Statues, una oda a su relación rota. Familiar Feeling o Forever More, los singles, repitieron éxito, el nombre de Moloko seguía creciendo pero ya sin sentido. Una escucha atenta de las letras se hace triste. Los sonidos son más naturales aún que en el disco precedente y se mantienen las melodías pegadizas y bailables. Sin embargo, ellos ya no se lo pasan bien: la broma se había acabado. La gira mundial que siguió debió de ser dura para ellos y después apenas se han vuelto a hablar. Róisín sacó dos discos en solitario (por ahora), tuvo dos hijos y se convirtió en una habitual de las fiestas del famoseo british. Mark montó un estudio de grabación y se alejó de la vida pública. Niegan la desaparición definitiva del grupo (el dinero volverá a llamar a la puerta, seguro), pero por ahora lo que queda son sus cuatro discos. Buena música de baile. Rameses! Colossus!

Podéis escucharlo en Spotify

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