miércoles, abril 15, 2009

Southpop '09

El primer fin de semana de Abril, con la llegada en firme de la primavera, dio comienzo la temporada de conciertos en Sevilla. Si bien es cierto que hay un cierto goteo constante, y las salas de conciertos no descansan, a la capital andaluza le cuesta despertar y hasta que no llega el buen tiempo (aquí buen tiempo quiere decir 25ºC) no se desperezan. Por cierto que ir al Southpop este año no sé yo si ha sido una buena forma de desperezarse o de ponerse el pijama, pero en cualquier caso ha sido una buena forma de pasar el finde. A continuación os comento los conciertos que vimos en algunas líneas, y pido perdón de antemano porque la mitad de los grupos que van a salir ya son conocidos de este blog. Prometo que este contubernio y el abajo firmante escuchan otros grupos, pero la vida del moderno es muy dura y sólo unos pocos artistas están a nuestro alcance. Aupa.

Empezamos el viernes con la francesa Françoiz Breut, algo así como la Dominique A femenina. Entre que mi sangre es un 12,5% francesa y que me pasé siete meses entre ellos, algo me ha marcado, y miento si no reconozco que tenía muchas ganas de verla en concierto. Eso sí, mi restante 87,5%, el español-increpador fue más listo, y para cuando llegamos, a la tipa le quedaba una canción. Una lástima porque sonaba bien, así que tendré que apuntármelo para la próxima.

Seguimos con Underwater Tea Party, que aunque el nombre apunte a grupo de neo-folk de Tenesse, me temo que son de Madrid o perdón, de Madriz. Una media docena de chavalitos, no mayores que yo, con muchas ganas de liar la traca. Demasiadas. A la segunda canción uno de los chavalitos había perdido el sombrero y la camisa, el guitarra estaba todo despeinao, sudao y con los cristales de las gafas empañaos. A cada canción terminada nos saludaban diciendo "cuanta amabilidad", lo que no acababa de despertar el odio del público pero desde luego que nos sumía en el desconcierto. Tenían una cantante que, al no cantar más que en una canción, se dedicó a bailar como si pudiera enseñar cachaza, lástima que a la pobre le faltaran un par de bollicaos. En resumen, ellos se lo pasaron muy bien, de puta madre, la única pega que se les puede poner es que se olvidaron de meter al público en su fiestorro. Por lo demás las canciones despistaban un poco. Al empezar, le decía a mi compañera de piso "mira, se parece a una de Radiohead"; ella asentía y a los dos minutos me respondía "pues los estribillos son como los de blur" y para acabar, el guitarrista trataba de imitar a Noel Gallagher. Sé de uno que lo calificaría como "atrezao, todo muy atrezao".

Y por fin llegamos al plato fuerte del primer día, nuestro amigo Nacho Vegas. A este paso lleva camino de convertirse en el estandarte de los modernos patrios, así que tendremos que preparar nuestro discurso de "me gustaba cuando no era comercial". De todas formas nos dedicó un conciertazo. Se nos hizo breve (hora escasa cuando en sus propios conciertos se estira hasta casi dos) pero sin quejas. Alternó canciones del nuevo disco con sus temazos, y aunque es difícil que toque todo lo bueno, la selección fue más que aceptable. Un playlist tal que este:

El hombre que casi conoció a Michi Panero
Detener el tiempo
Miss Carrusel
Crujidos
Ocho y medio
Dry Martini S.A.
Nuevos planes, idénticas estrategias
La plaza de la soledá
El Tercer Día
***
Canción del extranjero (versión de Cohen)
El ángel Simón

Esta vez nos vino sin Xel Pereda, que le ha acompañado tanto en las esferas invisibles como ahora, además de en Lucas 15. En su lugar nos trajo una guitarra hawaiana con un sonido folky que queda muy bien con la música de Nacho. Con esto terminó el primer día de conciertos.

El segundo no queríamos perdernos a tres grupos, y nos pusimos las pilas para llegar a la hora. Esta vez sí que nos pudimos ver el concierto de Christina Rosenvinge, la antepenúltima, entero. Sólo la habíamos visto en concierto con Nacho el año pasado, todavía no la habíamos visto en solitario, y no nos defraudó. Tocó su último disco casi entero además de toc toc y A liar to love, las dos más reconocibles de su anterior disco, el continental 62 (y por cierto para mi gusto, más completo que el último) y alguna otra canción de discos anteriores que nosotros no conocíamos. En conjunto un concierto bueno, que no conmueve pero que no defrauda. Ideal para ver sentado en la hierba con una cervecita.

Después llegó el huracán alternativo de este año, la novia que todo moderno se pidió por navidades, Russian Red. Ya de mano me sorprendió y mucho que tocara después de Rosenvinge, pero es que en el cartel su nombre está el primero (!). Luego vimos el revuelo que se armó antes de que empezara y comprendí. Fue el concierto que más expectación levantó, y antes de comenzar había medio llenado la sala (claro que de "jóvenes", los puretas a este no entraron). ¿Y cómo estuvo ella? Pues bien. Se la podría meter en el saco de Christina, un concierto correcto pero que no lía la traca, algo comprensible tras escuchar su disco, que es tranquilito. De todas formas le queda tiempo de sobra para evolucionar y hacer cosas más complejas, por ahora baste con decir que yo firmaría hacer algo así a los 20 años (o los que tenga), o a cualquier edad.

Y rematamos con Kurt Wagner, antiguo superhéroe conocido como rondador nocturno.
Mandahuevos llamarse como un personaje de tebeos pero bueno, sigamos.
Kurt Wagner, el músico, era el líder de Lambchop (chuleta de cordero para todo el mundo, costilla de cerdo para mí). Lambchop es un grupo de esos que siempre andan por ahí, en los blogs de los que descargo música, en los festivales a los que voy, etc, pero que nunca me había detenido en ellos. El hombre, un yankee de pro, se nos desmarcó con un conciertazo. Él sólo y su guitarra se bastaron para dar un concierto íntimo y emocionante, eso que los ingleses llaman touching. Modula la voz como quiere, y su dedos se deslizaban sobre la guitarra que daba gusto. Si a eso le unimos el hecho de que él estuviera más emocionado que nosotros y no parara de agradecernos haber acudido al terminar cada canción, creó un ambiente íntimo y acogedor, ideal para su música. En conjunto, algo más que notable.

Y ahí se acabó todo. No más Southpop, no más conciertos íntimos de folk hasta el año que viene, pero como calentamiento de motores sirvió. Ahora sólo me queda esperar al siguiente concierto del año, que amenaza conciertazo... ¡qué ganas de escuchar estos temazos en directo!

1 comentario:

CaesarHec dijo...

La Russian Red estudia en mi facultad, pero no por ello deja de ser atractiva, por tanto habitante de un universo paralelo que me es vedado, salvo en fugaces instantes de contemplación en la distacia, un eficaz mecanismo de control y dominación.......

"Que estén buenas nos perjudica"

El indomable Bort Hunting