domingo, abril 25, 2010

El vuelo del Cuatro Vientos

Desde aquel día de 1903, en que los hermanos Wright volaron su Flyer I, la primera aeronave motorizada más pesada que el aire (absténganse globos y zepelines), el ser humano emprendió una carrera vertiginosa para conquistar el cielo. Los nuevos diseños de aviones se sucedían tan rápido como las marcas que se iban logrando (de distancia, altura y duración de los vuelos). 107 años después, gracias a que este año se cumple un siglo de aviación en Sevilla, uno que escribe trata de conocer poco a poco esas historias. Una de las más míticas y más peliculeras es sin duda alguna la del Cuatro Vientos.

En España, en cuanto a los récords de aviación se refiere, las miradas pronto se dirigieron hacia las Américas y la conquista del Atlántico se convirtió en el ansia de los exploradores españoles. En 1933, tras haber cruzado el Atlántico Norte y el Sur, una nueva expedición se propuso cruzar el Océano por su camino más largo, el centro, hasta las Antillas.

El capitán Mariano Barberán, prestigioso navegante y héroe de la Guerra de Marruecos, anhelaba volar sin escalas desde España hasta las Antillas. Finalmente cambió su objetivo final por el de Cuba, para posteriormente llegar a México, y así cruzar de un continente a otro. Le acompañaría el Teniente Joaquín Collar, considerado uno de los mejores pilotos de la época. El capitán era tímido y reservado, huía de las aglomeraciones, y el segundo se había hecho piloto de aviones para ligar más fácilmente y tenía vocación de actor. Adivinad quién es quién en la imagen (son los dos de en medio).

El avión empleado fue un Breguet XIX GR (Grand Raid), biplano de aluminio y tela, con motor Hispano Suiza NB de 650 CV y 12 cilindros en V fabricado ad hoc por CASA, y modificando su diseño inicial para ampliar la capacidad de los depósitos hasta 5 toneladas de combustible, y cerrar la cabina. Con el fin de aligerar peso, prescindieron de los equipos de radio.

El 10 de Junio despegaron desde la base aérea de Tablada (Sevilla), y su travesía de 7.300 km duró 39 horas. Casi nada. Aunque el plan inicial era el de aterrizar en La Habana, tuvieron que hacerlo 500 km antes en el aeródromo de Camagüey. Se desilusionaron ante la pequeña comitiva que los esperaba a pesar de la hazaña que acababan de lograr. Repostaron y siguieron hasta la capital, y allí la liaron. Les recibieron como a héroes (nadie se esperaba que aterrizaran en Camagüey, de ahí el pobre recibimiento inicial), y se quedaron nada menos que nueve días en Cuba, de celebración en celebración y de banquete en banquete. Su plan de viaje, que continuaba hasta México D.F. y más tarde Chicago, podía esperar.

Finalmente, el 20 de Junio despegaron hacia el continente, y aquí es donde la historia de convierte en leyenda. A pesar de la comitiva que les esperaba, de alrededor de 60.000 personas, y a pesar del escuadrón de aviones mexicanos que salieron a su encuentro para escoltarlos hasta tierra, nunca se les volvió a ver. Desaparecieron por completo.

Las hipótesis que se barajan son varias, pero el hecho de que no se encontraran restos del avión condiciona todas. Durante años, la más aceptada fue la de que una tormenta los tiró al mar. Otra más fantasiosa, cuenta que Collar, que además de buen piloto era buen mujeriego, se lió con una de las amantes de Gerardo Machado, presidente Cubano. El ajuste de cuentas no se hizo esperar y les echaron en el tanque de combustible algo así como “la sustancia X” que alteró la mezcla y precipitó el fallo mecánico. También se comenta que la hélice, de madera, estaba astillada y visiblemente dañada antes de partir de Cuba, o que el depósito sufría una grieta que aunque se reparó, no se hizo correctamente.

Finalmente, la última de las hipótesis que he podido encontrar por internet, es la de que Barberán y Collar sí que llegaron a tierra firme, solo que lo hicieron en el lugar erróneo. Al parecer su avión se estrelló en una zona de México llamada La Guacamaya, en el estado de Veracruz, y unos nativos los secuestraron, y no sabiendo qué hacer con ellos finalmente los mataron. Aquí se puede encontrar bastante información que al parecer documenta esta última hipótesis, supuestamente ocultada por las autoridades mexicanas durante años para evitar un conflicto político. El vídeo siguiente es un recuerdo que la televisión española emitió hace poco con imágenes de la época.

El vuelo del ’Cuatro vientos’ en 1933




De cualquier manera hay que reconocer que esta es una gran historia, pero sobre todo una historia muy española. Imaginaos si tuviéramos que adaptar esta historia al cine. Primero pensemos en la adaptación que hubiesen hecho los americanos, si de una historia de yankees se tratase. Tendríamos que haber soportado con paciencia el aterrizaje de los victoriosos héroes en, no sé, los Campos Elíseos como poco, con todos los franceses agitando banderas de la unión. En el camino, seguro que hubiesen tenido la oportunidad de ayudar a algún carguero americano ametrallando a un avión nazi que pasaba por allí, diez años antes de la guerra, y de enamorarse de alguna chica de Massachusetts que se había caído de un zepelín.

La versión española, por su parte, debería ser radicalmente diferente. Pararon en Cuba diez días, saltándose cualquier protocolo y plan de viaje para pegarse unos festines de lo lindo, y luego, como buenos españoles, no pudieron acabar su hazaña, y tras haber logrado el más difícil todavía de cruzar el Atlántico, no lograron terminar los 1.500 km que les separaban del continente. ¡Qué gran película haríamos! Ya veo a Resines y a Bonilla liándola en el avión, quedándose dormidos o derramando el coñac sobre los planos, y luego en La Habana, perdiendo los ojos detrás de las cubanas, al igual que lo hubieran hecho Sacristán y Landa veinte años antes. Y es que uno no puede evitar, al escuchar historias de estas, esbozar una resignada sonrisa y exclamar, ¡si es que esto sólo nos pasa a los españoles!

2 comentarios:

CaesarHec dijo...

Muy bueno, lo estaba leyendo y en la cabeza le ponía la voz de Juan Antonio Cebrián en un pasaje de la historia. En serio, tenemos que epezar con los audiopost.

Pero, emulando a moro, te diré que me parece muy triste que no digas una sola palabra de aviones....

El catálogo nulear II ya está listo, de echo iba a colgarlo cuando vi "El vuelo de Catro vientos"... puede esperar en la nevera junto al de "Mi primer día en la nuclear: Yo soy la ley". Proximamente en su blog....

mitrulk dijo...

muy bueno, me ha llenado de orgullo patrio... estás seguro de que no hay ninguna teoría más conspiranoica sobre su desaparición? Es cuestión de ponerse a ello, si no.

viva Honduras, digoo, España!!