martes, enero 18, 2011

DECÁLOGO DE CUATRO PASOS PARA DETECTAR UNA MALA NOVELA


(con los que me sobran, preparo ropa vieja)


1. Si sabes o sospechas que vas a recibir un libro de manos de alguien a quien lo más cerca que has visto de leer literatura es la columna de opinión de Roncero en el AS, ponte en lo peor. Existe la tentación, reconozcámoslo, de afirmar que ese libro va a ser necesariamente malo. Así, sin necesidad de rasgar el papel de regalo. Pero nosotros no somos de esa clase personas, así que abrimos el paquete ilusionados, sin prejuicios en la cabeza.

2. Pero si el título de la obra en cuestión se eleva por encima de tu fingida inocencia, la cosa pinta mal. Especial atención a las novelas cuyos títulos se componen de un par de sustantivos y al menos un adjetivo, más el número de adverbios, determinantes, conjunciones etc. que hagan falta para dar sentido a la frase. Por ejemplo: El
misterio del cofre invisible. O Diario íntimo de una joven inquieta. O La familia Arana y la casa sobre el lago. Sí, hay mil excepciones. Por eso no es una prueba definitiva.

3. Si la persona que te regaló el libro preguntó al librero sobre novela negra y este le acabó vendiendo una novela ambientada a finales del siglo XIX, estáis ya cerca de completar la frase
lo sabía. Aggg que a gusto cuando la sueltas, eh?. Definir los géneros o subgéneros es siempre un terreno pantanoso en el que nos movemos con un sistema de aproximación, buscando el mínimo común múltiplo. Somos incapaces de elaborar leyes. Por ejemplo, ¿el quijote es una novela, un libro de caballería, o las dos cosas? Hay debate. Pero la novela negra se desarrolla en el seno de la sociedad capitalista moderna (MCM), y el Madrid del siglo XIX no lo era. Pero bueno, el librero puede no saber que toda novela negra es policíaca pero no toda la policíaca es negra, por lo que quizás estemos ante una buena novela policíaca. Así que seguimos adelante.

4. Pero si en las primeras páginas encontramos frases del tipo:

Antes de entrar en aquella vivienda de la calle de los Lucientes, el joven investigador se sintió invadido por una oleada de pesar y profundo desánimo.

Poco tardó aquel rapaz en comprobar lo sencillo que era hacerse con un dinero fácil colaborando con los pilluelos del barrio en sus continuas fechorías.

Aquella honrada mujer rompió en sollozos. Flaca, con una humilde toquilla sobre los hombros y casi ciega por coser horas y horas en el mal iluminado taller de costura, tomó las manos de Don Armando y, tras besárselas, se deshizo en bendiciones para con el curtido sargento y su familia. La madre de Víctor era la viva imagen de la gratitud. No podía dejar de llorar.


(Joder con la vieja, qué pena da)

Ahora sí, ya no os hace nada más. Podéis afirmar, sin miedo a equivocaros, que el libro que os han regalado es una puta mierda. Uno puede dejar de leer y devolverlo a la repisa sin ningún remordimiento.


Lo sabía, oh, sí, vaya si lo sabía.

3 comentarios:

Álvaro dijo...

Sabes que el autor es biólogo, ¿no?
Y es ahora cuando definitivamente puedes decir "lo sabía... oh, sí, vaya si lo sabía"

CaesarHec dijo...

Coño!!!
no quería que se supiera el autor, aunque el título de la novela sale juntando palabras de los ejemplos de títulos malos. ¿cómo los sacaste? no me digas que lo conocías....

Lo que me acojona es cómo hace esta gente ya no sólo para publicar, sino además para que le traduzcan a varios idiomas!!!!

srcocodrilo dijo...

Jajaja... maldito Álvaro. Yo probé primero con "Diario íntimo de un joven invisible", sin duda alguna la combinación de tus títulos apócrifos que más me apetecía leer, pero tras el fracaso fui a lo fácil: "misterio familia arana", y ahí encontré la inigualable novela, escrita por un tipo cuyo nombre me hace dudar si no es el propio nombre el título de la novela.

Este fenómeno no se ha quedado en una novela, ha repetido con unas cuantas más que siguen la norma que recomiendas para poner títulos. Podemos decir que este es tu alumno más aventajado y a la vez tu nuevo archienemigo... ¿os imagináis la novela? Algo así como: El espía de la red.

Buah... ¡¡ya me veo con el Planeta!!