Y a veces pasa incluso cuando uno está 3200 kilómetros más cerca, en un sitio ya familiar y que incluso tiene (algo parecido a) mar. Casi sin darse cuenta, como un beduino muerto de sed en el desierto que cree ver un oasis, uno se imagina cosas. Va caminando por la calle, soñando despierto, y ve botellas de sidra.
O comienza a ver libros fantasmales en escaparates anónimos. Y parece casi como si pudiese oler una buena tabla de quesos asturianos, de las que pides cuando vas con tus padres a comer porque en el banco de los desarraigados no sirven de eso. O un buen compango para la fabada que tu madre nunca prepara, pero que a veces tienes la suerte de probar.
Ahhhh el queso de Cabrales, que recuerdos! Ya sé que es fuerte, y que no lo solía comer todos los días ni mucho menos, pero quién puede negar que un trocito de vez en cuando alegraba un poco el espíritu?
Hasta puede que uno se acuerde de repente de las veces que ha estado en Taramundi, haciendo la ruta del agua, visitando Teixoes o comprando una navaja para compensar a su padre por la gasolina que se tragó el Lexus entre la ida y la vuelta, en algún verano tranquilo en el que iba de excursión con algún amigo. Si se pudiera comprar aquí, ¿cuánto costaría? Por lo menos 20 dólares la libra, ¿me respondo a mi mismo? Raro, porque no suelo yo ser hábil calculando esas cosas. Casi que debo estar ya a puntito de bañarme en el oasis.
Aunque pensándolo bien, supongo que un asturiano en medio del desierto alucinaría con una buena espicha, el oasis pa quien lo quiera. Así que me pongo a salivar pensando en un buen chorizo a la sidra, mmmmm, ahí en las mesas de fuera de casa Yoli, un viernes a mediodía que haga un poco de solete. Joder, quién tuviera eso y un tenedor cerca en medio de Nueva York.
Pues yo, la verdad. Más me vale admitirlo. Y también dejar ya de soñar. Estás de visita en Nueva York, Miguelillo, ayer te subiste a un avión en Denver y mañana de madrugada te subirás a otro para volver a Boulder, lejos de sidra, queso, chorizo y asturias. Dios, si al menos pudiera comprar unas galletas para desayunar. Unas ricas Gullón, de cualquier tipo, me daría igual. Qué digo, si pudiera me compraba hasta unas María Fontaneda, de las que se reblandecen enteras en cuanto las mojas. Qué coño, me compraría hasta las dos.

Sitio: Despaña, 408 Broome street, New York, propiedad de Marcos, asturiano para más señas.
8 comentarios:
Vale que tu padre sea de Santander, pero teniendo esa selección de quesos, vas y te compras unas gullon... pa matate nenín.
Oye es que esa tienda es cojonuda, encuentra tú queso de Mahón o un Gamoneu en Salamanca mismamente. Dices que el tío es paisano, ¿eh? Se le nota (Peñamellera, Vidiago, La Peral, paraaaaaaaaaaaaaaa. Afuga'l pitu. Dios, voy a parar que me estoy poniendo yo nostálgico. Aaaaiii la señaldá...
El asturianu, jódelu.... ajajajjaajaajajaja
Pues menos mirar pa´l cabrales y más salir a correr, oyisti. Que eso engorda sólo de miralo.... fabada diz.
(Ye por si también eches de menos que alguien te con la vara de avellanu, que también ye muy asturianu, encima tuyo.... o recordándote las prioridades de vida, interprétalo como consideres oportuno)
jajaja!!! hay que tener unos cojones de asturiano pa ponerse a vender armas de destrucción masiva cabraliegas tan cerca de la zona cero.
Por cierto, sé que llego tarde pero no me resiste: Lamentable pacto de no-agresión entre Alvario y el Señor Cocodrilo, vuestras disputas dialécticas son más falsas que los combates de lucha libre.
Aún estáis a tiempo de salvar vuestra honra......
Miñññ, ya tas como los famosos:
El gobernador de Los Ángeles ha comprado 90 jamones ibéricos a la empresa salmantina Embutidos Fermín, de La Alberca, para agasajar a las estrellas de Hollywood en la fiesta posterior a la celebración de la gala de los Óscar
El mismo que en la tienda.
Hec, voy a echar balones fuera: mi defensa es que yo nunca usaría frases tales como
Hablamos de lo mismo aunque con matices distintos, así que corremos el riesgo de seguir así hasta el infinito.
El We agree to disagree que dicen los yankis, y una mariconada como un templo que no me esperaba de Pablo. La redención llegará, espero, en el segundo round: "La pelea de los aguiluchos". Mientras tanto, Pablo, nunca pensé que diría esto pero... Moro mola más.
Vamoooosss!! esa te la llevas sucio reptil.
Miñññ,ese plataco de chorizu yera enteru pa ti??, cagonmimantu taras repitiéndolu entuvia, oyisti!!
Y mucha galleta, colacao y cosas por el estilo, pero Miñññ, en esa tienda puedes comprar un fubolo de los que suenan "klin, klin" cada vez que das a la bola????... Naaa, otra tienda más pa yankis que no sabes ni donde está España.
jajajaajaj aquí hay pa todos!!!
Venga va, ya que está abierta la veda...
Álvaro, donde dije: "Hablamos de lo mismo aunque con matices distintos, así que corremos el riesgo de seguir así hasta el infinito", tú lo puedes cambiar por "te he dicho dos veces una cosa y tú las dos has entendido la contraria. Paso de intentarlo una tercera." El resto, podéis seguir leyendo la primera frase, que encaja mucho mejor con mi nuevo temperamento templado y contenido.
En cuanto al post, Miñññ, ¿qué fue de Boulder? En tu primer viaje, Boulder tenía una calidad de vida estupenda, un ambiente sublime, una población joven, letrada y dinámica y unos paisajes arrebatadores.
A tu vuelta, sólo nos hablas de NY.
Intuyo que desde que no te da perras la oficina de información y turismo boulderiana, has tenido que recurrir a tu primo "Marcos", con su zumo, sus galletas, su Trabanco y todo lo que haga falta para financiar la vida padre que te estás pegando a costa de los no-suficientes impuestos de Moro (... uy, no... que esto iba en otra parte...), pero aún y así agradecería una aclaración al respecto.
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