martes, abril 02, 2013

Nantes 2: Les nouveaux embauchés

Van entrando uno a uno, ordenadamente, en el edificio que tiene escrito “Accueil” en la fachada. Una vez allí dentro, se encuentran en una sala de unos veinte metros cuadrados llena de gente. Poco a poco van llenando los espacios libres y se van haciendo hueco unos a otros como ovejas en el redil. Al fondo, un mostrador en el que dos chicas no dejan de atender al teléfono, hablan por unos auriculares con micrófono y no levantan la vista de la pantalla. Pasa el tiempo y sigue entrando más gente que repite el mismo protocolo: sonríen al entrar, saludan, miran a toda la sala buscando una cara conocida y acto seguido, ante el silencio que obtienen como respuesta, borran la sonrisa, bajan la cabeza y buscan su hueco en el rebaño.

Pasa media hora desde que entra el último hasta que alguien viene a buscarles. Caras largas, bostezos, vistazos al reloj y, sobretodo, gente pegada a su móvil, mirando fijamente la pantalla como si al no hacerlo fueran a ser castigados.

- Buenos días a todos, sois todos nuevos, ¿verdad? Por favor, seguidme. –y todos siguen a la chica con pecas pelo cobrizo que se parece a la amiga de Snoopy con veinte años más. Fila india, algunos pequeños grupúsculos de gente que aparentemente ya ha comenzado tibias relaciones y cambio de edificio.

Dos pasillos y unas escaleras más tarde, los nuevos se encuentran en un pequeño salón de actos, con unas cinco filas de asientos acolchados y cabida para unas cien personas. Todos los asientos miran a una pared blanca a la que tres proyectores que cuelgan del techo apuntan. Les piden que se vayan sentando donde quieran. Por un lado de la sala lo pide la amiga de Snoopy y por el otro, tras una atril, habla otra chica con un increíble parecido a una cabagge patch kid. Todo el mundo se va sentando diligentemente y tímidas sonrisas se intercambian entre los vecinos de asiento. Una vez todos se han sentado, la muñeca repollo habla:

- Hola a todos y bienvenidos. Ante todo, disculpas por el retraso. No obstante, lo importante es que ya estáis todos aquí y que hoy es vuestro primer día en esta empresa. ¿Estáis contentos?... ¿Nerviosos, quizás? –nadie responde – Bueno, no os preocupéis. Todo irá bien. Lo más difícil ya ha pasado. Ahora ya sois parte de esta gran empresa, que como veréis, es una gran familia. O al menos así nos gusta verlo a nosotros, los empleados.

Se queda en silencio, mira a todos uno por uno, y cuando el silencio pesa ya demasiado sobre la sala y la gente empieza a mostrar su inquietud a base de leves carraspeos, continúa su discurso.

- Bueno, como ya sabréis, hoy es un día de toma de contacto. Por la mañana os haremos varias presentaciones de la empresa y distintos aspectos que debéis conocer sobre normativa de seguridad etcétera, después comeremos todos juntos y ya por la tarde vuestros respectivos responsables y jefes vendrán a buscaros. Ellos os enseñarán vuestro futuro lugar de trabajo y os presentarán a vuestros nuevos compañeros. ¿Alguna pregunta? Bien, imaginaba que no. Primero os dejaremos con un vídeo presentación de la empresa. Disfrutadlo y bienvenidos.

Algunos le dan las gracias a la chica mientras ella ignora al grupo y sube las escaleras hasta salir de la sala. En algún momento del breve discurso la amiga de Snoopy ya se ha ido. Se apagan las luces y los proyectos comienzan a reproducir la misma imagen por triplicado en la pared. Sale el logotipo de la empresa, y una música (¿juvenil?) empieza a sonar. A continuación, se suceden fotografías de gente sonriendo. Se deduce que son trabajadores de la empresa aunque no todos llevan uniforme. Poco a poco, las imágenes de la gente sonriente se van entremezclando con otras de la fábrica, tanto vista desde fuera como del interior. Así, imágenes de gente feliz se mezclan con fotos de edificios grises y aparcamientos para centenares de coches y con otras fotos de maquinaria industrial, tornos, fresas, cortadoras y demás maquinaria de control numérico. La música sube en intensidad y al final, tras atravesar una especie de agujero de gusano de colores, el logotipo de la empresa luce fulgurante por triplicado. Fundido en negro y se encienden las luces.

- Ahora, si os parece bien, hasta que llegue nuestro compañero para seguir con la presentación, podemos hacer una pausa y tomar un café. Venid conmigo.

Todos los nuevos contratados salen ordenadamente de la sala y siguen a la chica por el pasillo hasta la sala de café. Al pasar uno de los últimos, un brazo sale de la penumbra y lo agarra.
- Buenas Sr. Cocodrilo. –y se entrevé la figura de una mujer rubia, joven, vestida con traje de chaqueta y falda gris con raya diplomática, y camisa blanca –nos alegra tenerlo a bordo.
- ¿Soizic? –responde el hombre.
- No, pero no se preocupe, formo parte de su equipo. Me manda recuerdos para usted. –sonríe. –Escuche, Sr. Cocodrilo, tenemos un pequeño encargo que encomendarle. No es nada importante, pero estamos seguros de que podrá ayudarnos. Le prometo que no le supondrá ningún contratiempo y por otra parte, nosotros le estaríamos muy agradecidos.

El hombre, aturdido, no acierta a formular ninguna respuesta coherente. Se limita a indicar a la mujer con gestos que prosiga.

- De acuerdo. La empresa queda en deuda con usted. Estoy segura de que se lo sabrá compensar.
- Pero, un momento, ¿Qué empresa?
- Transparence, por supuesto –y la mujer se muestra sorprendida, como si hubiera tenido que decir algo demasiado obvio.
- Bueno… Dígame… ¿Qué debo hacer?
- Tenga este sobre. Dentro hay otro sobre y una tarjeta con una fecha y un lugar indicados. Deberá entregar el sobre del interior a una persona. Esta persona le reconocerá por un nombre en clave. Le preguntará “¿Qué tal está, Sr. Cocodrilo?”
- Un momento… ¿Sr. Cocodrilo? ¡Pero si ese es mi verdadero nombre! ¿Qué clase de nombre en clave es ese? Y luego… ¿Dónde tengo que llevarlo? ¿Por qué yo? ¿Por qué no un email? ¿Qué quieren de mí? –según se suceden las preguntas, aumenta la expresión de tensión en la cara del hombre.
- No se preocupe señor, todo irá bien. –la mujer le pone una mano en el hombro –Le aseguramos que este encargo no entrañará ningún problema para usted. Por otro lado, para nuestra empresa significaría mucho. Y por descontado, no olvidará su gratitud. –y aumenta levemente la presión sobre el hombro.
- Le dejo que continúe con su día de bienvenida en su nueva empresa. ¡Ah! ¡Y enhorabuena por el trabajo! –la mujer avanza por el pasillo dejando atrás al Sr. Cocodrilo y al sobre, sin mirar atrás.

El resto del día se siguieron las presentaciones (seguridad, salud e higiene, transporte, calendario laboral, Comité de Empresa…), todos los nuevos comieron juntos en el comedor, intercambiaron breves frases sobre su pasado profesional y sobre sus expectativas puestas en su nuevo trabajo, tomaron café sin ya mucho que decirse, volvieron a mirar las pantallas de sus teléfonos móviles y por la tarde cada uno se reunió con su futuro grupo de trabajo.

Al final de la jordana, la amiga de Snoopy y la muñeca repollo, que les habían acompañado durante todas las presentaciones, no dejaron escapar la oportunidad de preguntarse la una y la otra quién le habría dado aquel sobre al nuevo extranjero, y por qué no se había querido separar de él en ningún momento.

3 comentarios:

CaesarHec dijo...

Lagarto, me gusta mucho como escribes, me encanta leer tus críticas literarias en forma de relato de ficción.... peeeeeerrooooooooooooooo, na una pijada, estaría bien que escribieras algún post contando tu "verdadera" vida en Nantes!!!! Mon die, eso, o empieza a meter naves espaciales y sexo desenfrenado con Soizic!!!!

srcocodrilo dijo...

"Entre la leyenda y la realidad escoge la leyenda"... Una vida real nantesa es como una vida real en cualquier otra parte, trabajo y ocio occidental (cine, conciertos, deporte y salidas al campo...)

Aún así, intentaré acercarme más a la realidad en algún post...

Y por último, se agradece el interés y el cariño al comentar cada post!!

CaesarHec dijo...

"This is the Wester, where the man become legend. Print the legend"

Peliculón!!!