miércoles, octubre 10, 2007

Tokyo a Go-Go

La lámpara del microscopio ha muerto, alguien se bebió mi zumo esta mañana y escribo esto en un rato libre algo escaso. Si hay partes con poco sentido, culpad a la sociedad. En efecto, va a ser uno de esas entradas discontinuas que tanto me gustan.
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El otro día vi una carrera de Fórmula 1. La segunda o tercera que aguanto entera, si no me falla la memoria. Vueltas y vueltas y más vueltas, al menos lo hacen entretenido siguiendo las enseñanzas de las retransmisiones ciclistas: di chorradas, grita como un descosido e identifícate con tu público, di no a los comentaristas imparciales y distantes. No obstante sigo sin verle la gracia al deporte, insisto en que mejoraría mucho pasándolo a cámara rápida (imaginaros a Alonso con voz de pitufo) o dejándo que los coches se lanzaran unos a otros bolas de fuego y cáscaras de tortuga. Por un lado me gustaría que ganara para oir lo que le cuenta la hermana a mi padre en el hospital; por otro, sería un puntazo que ganara Raikonnen y causara un suicidio colectivo tanto en Gran Bretaña como en España.
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Me acaba de llegar una tableta gráfica Wacom modelo Bamboo One. Para los que no sepáis lo que es, imaginaros un touchpad como los de los portátiles de tamaño A6 (una cuarta parte de una hoja) que funciona con un lápiz en vez de con el dedo. Al pasar el lápiz por encima -no hace falta tocar la superficie- cada punto en la tableta equivale al mismo punto en la pantalla. Es un poco rara de usar como ratón, mueves mucho más la mano, aunque es cómoda. Podéis verla aquí.
La verdadera gracia del chisme es que tiene sensibilidad a la presión, y bastante. Con un programa adecuado como el Photoshop puede usarse para pintar digitalmente. Mientras le voy pillando el tranquillo mis primeras impresiones son: muy cómodo, muy versátil, más fácil de controlar de lo que parece y con muchas posibilidades. La función de pinceles del Photoshop lo convierte en el reactor nuclear de los programas de dibujo: con dos clics puedes pasar de pintar con una plumilla a usar acuarelas, spray o Plastidecor. Sí, incluso imita esa irritante incapacidad de cubrir el papel por completo de color.
Hec, ahora no hay excusas. Empieza a mandarme material, me quema la mano y Antón debe de conseguir una cara.
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Martes, 9 de octubre de 2007. Mi primera clase de japonés.
18:30 - Me abuuuuuuuuuurro. 1 hora. Nñññññ a ver si han actualizado algún blog.
18:50 - Me abuuuuuuuuuurro. 40 minutos. Nñññññ a ver si han actualizado algún blog.
19:10 - Me abuuuuuuuuuurro. 20 minutos. Nñññññ a ver si han actualizado algún blog.
19:15 - Recojo. Salgo. Miro el reloj.
19:35 - "¡Mierda! Putos relojes atrasados". Corro.
19:40 - "(Ruido de oveja axfisiada) Dónde... está... papel... reserva... vaya... tampoco... justificante... banco..." Al menos llevo bolígrafo y papel
19:42 - Entro por la puerta. Profesora, joven. Fácil de manejar; no, sucio, sucio, SUCIO. "Hola". "Konbanwa". Vaya, vaya, parece que tenemos una listilla que me quiere pillar. "Konbanwa, sí". Ala, a sentarse.
19:45 - Sigue hablando de no sé qué rollo de las aduanas, de pedir los libros a Amazon. Necesito confirmar mis prejuicios sobre la gente que acude a estos cursos. En ese momento llaman a la puerta. Una señora de mediana edad, seguida de un crío con cara de susto y una mocina cuya cara dice "No, mamá, si me quieres tocar un poco más los cojones y eso..." ¿O quizás estoy siendo Bartolocéntrico - piensa el ladrón que son todos de su condición? "Hola, ¿éste es el curso de primero de japonés?". "Hai, sí, sí". "Ala, pasa" La mirada de la cría confirma que no tiene una katana en casa o su madre yacería muerta tiempo ha.
19:48 - Mientras apunto cosas en automático es el momento de hacer un recorrido por mis compañeros.
Hay varios algo más mayores. Universitarios curiosos, clasifico. Una chica nos informa que Yulene no es nombre vasco, sino vasco-francés. Doy gracias al FSM por no llamarme Xuan Xosé, nombre de profunda raigame astur, en concreto de las estribaciones occidentales de la sierra del Cuera: la vida de ninguna persona debería de ser tan interesante.
Hay algunas crías más jóvenes, les echo entre quince y dieciocho. Son las primeras en contestar, las que conocen más palabras, con un afán casi exhibicionista. Una combinación entre la energía de la juventud y el vigor del friki que por fin encuentra su sitio en el mundo. Podrían llevar tatuado en la frente "Lectora de Nana" y adornar sus camisetas con un neón fluorescente de "Clamp es mi panteón", y no lograrían ser más transparentes.
Ohhhhh tenemos dos góticas, esa subespecie cuya filosofía de vida es "lo único mejor que Robert Smith o los vestidos de sirvienta del siglo pasado debe de ser, forzosamente, una mezcla de los dos". Apuesto a que les gusta Victoria Francés.
Que grande el abuelo. Agapito. Después de soltarnos el rollo del origen de su nombre, no sé que conjugación de no sé que verbo en no sé qué castellano antiguo, añade: "No se estila mucho el nombre hoy en día, aunque es muy tradicional de la región castellanoleonesa: no suena muy bien, y se presta a chistes fáciles". Añade "el chiste, lo cuento cuando tengamos más confianza"
20:05 - Esta es mi tercera profesora de japonés, y comienzo a encontrar un patrón. Se ríen solos. Hablan muy bien otros idiomas, pero son incapaces de dejar de mezclarlos con el suyo. Están nerviosos. Son desorganizados. Muuuuy desorganizados. Saltan de una cosa a otra como una abeja va de flor en flor. Pero nada es casual. Tiene un plan.
20:08 - En tres minutos nos ha dado una docena de saludos. Espero que no espere que nos aprendamos todo esto. Esperanza vana sería, proclamo.
20:13 - Las cosas claras. "Podéis decidir no aprenderos los silabarios. En un año se notará la diferencia". Bueno, el silabario Hiragana más o menos lo tengo controlado, aunque habrá que repasar el orden en que se escriben los trazos. "Tiene su lógica", dice, aunque no nos aclara cuál. ¿Dos semanas por silabario? Optimistaaaaaaaaaaa. No me vendría mal ir adelantando tarea con el otro, Katakana. Esto puede ser el mayor obstáculo al empezar con esta lengua.
20:15 - Dibujamos kana en el aire. Me gustaría vernos desde fuera.
20:18 - Enjabonar, aclarar y repetir.
20:25 - Pido el libro de texto y también el de Kanji, que coño, este idioma será mi ruina pero luego Clint Eastwood hará películas sobre mi.
20:30 - Hoy nos dejan salir antes. Justo antes de abandonar la clase atisbo una carpeta con un dibujo entre gótico, lánguido y vagamente sexual. No necesito buscar la firma para saber quién es el artista, y no necesito ver quien sostiene la carpeta: el guante de rejilla negro la delata.
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Ya aproveché nuesta experiencia culinaria en Grecia -el cuaderno de Bitácora on-line llegará, pero con tiempo- y preparé, el mismo día, tzatziki, ensalada griega, empanada de espincas y queso y musaka.
El tzaziki bien, aunque sabe más dulzón el mío que el de allá. La próxima vez lo intentaré con yogures normales.
La ensalada bien, no tiene mucho misterio.
La empanada es lo que más me gustó. Aquel sabor peculiar que parecía pepinillo era claramente eneldo. Eso sí, 1 kg de espinacas, 300 g de queso feta, leche condensada, un huevo... solo falta que una vez hecha la empanada, la fría. En sebo de cordero.
La musaka bien. Mejora dejándola un día, y la receta no dice que el toque de canela y nuez moscada a la besamel es fundamental para que quede como la griega. 8 huevos parece una burrada, pero es lo que de verdad le da la consistencia. Y hay que hacer mucha besamel, yo me quede corto con medio litro de leche. Eso sí, en una fuente bien alta. El tito Ávalon también recomienda, a toro pasado, hornear las berenjenas en vez de freirlas para que no quede tan aceitoso y no sobrarse con el vino en la carne, o quedará aguada.
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Esta semana también me llegó paquete de Amazon. Tres enormes tochos de mil páginas cada uno con la continuación de "Canción de Hielo y Fuego". Oh, que poco pero que bien voy a dormir las siguientes semanas. Con ellos, algunos libros más y algunos tebeos: el último tomo de Powers (¡Gracias por dejarme tirado, Planeta!), Channel Zero, Phonogram y Fell, una de detectives de Warren Ellis y Ben Templesmith. Muy bueno, si queréis saber si merece la pena pedírmelo prestado lo comento con más calma en el trastero. Y también hablo de algunas series que sigo.
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Hasta aquí, el mapa de mi camino por la cuarta dimensión. El viernes y sábado andaré por les Asturies de Uvieu y de Santillana, y aunque me olvidé completamente de preguntar a mis compañeros lo de la visita del puente del 1 de Noviembe supongo que no haya mayor problema, pero os mantendré informados a los implicados. O no, no se me conoce por mi constancia y fiabilidad.

2 comentarios:

BJ dijo...

¿Una tableta de Bambú? ¿que te has creido, que eres un oso panda?
Aún tengo el Telesketch por ahí guardado. Te lo dejaría a buen precio. Con él, sentirías el placer cuasi sexual de estrechar entre tus dedos oponibles sus turgentes roscas, girándolas a tu antojo.

srcocodrilo dijo...

Yo quiero ver los dibujos que le salían a berto de pequeño con el telesketch.

tanto girar la rosca... tenía que quedar chulo fijo.