lunes, noviembre 09, 2009

CAMINO A LA GLORIA

Ya tengo cierta edad, tiene razón mi madre, pero por fin estoy a punto de conseguir algo grande, algo verdaderamente grande. Y claro, quiero compartirlo con vosotros.




El bar de Manolo, en su intento por seguir haciendo feliz a todo un barrio, ha puesto un futbolín. NO contento con esa obra filantrópica, merecedora del mayor de los reconocimientos, decidió organizar un campeonato. Dios le guarde en su seno (se dice así? suena raro...)

El caso es somos la revelación del campeonato y caminamos con paso firme hacia la victoria. Hay copa para las tres primeras parejas, así que ya estamos montando una vitrina en el salón.



David es un fiera atrás, el mejor del campeonato en su puesto; yo desconozco las sutiles artes de esta modalidad de futbolín (tosco y poco desarrollado, a años luz de esE juego de ingenio que es el futbolo de metal, el de toda la vida cagon' ros)así que juego sin parar. Mi estilo heterodoxo y mi presión sin respiro consiguen desconcertarlos. Algo así como cuando el new team se enfrentó a un equipo entrenado por un programa informático y ganaron gracia a que Oliver corrió hacia su portería y Benji subió al ataque.

La cuestión es que somos felices.



Cruzaré el negrón con ese trofeo, y una pequeña parte será vuestra. Tuya no Moro, que no vienes a jugar nunca. Siguiente paso, poner en pie al público de la Xarana.

1 comentario:

srcocodrilo dijo...

Joder, eso me recuerda mi mayor logro en la historia del deporte:

Quedar campeón durante 3 años consecutivos, en la carrera de chapas del Colegio Clarín.

Tres medallas como tres soles.

De todas formas no te preocupes cuando los madrileños traten de menospreciar tu victoria, con comentarios del estilo "es que vuestros futbolines os dan ventaja" o pijadas así.

Y last, but not least, un apunte friki. El que se enfrentó al equipo guiado por ordenador no era Oliver, era alguien mucho más sutil (o no), bajito, gordo, obsesionado con las bragas blancas y que jugaba al baloncesto.