Bahrein.
Sencillo el primer GP de la temporada, que se decidió en dos puntos críticos. El sábado se clasificó Vettel en la pole, seguido de los Ferrari y por detrás los Mercedes y Webber. Primer punto crítico: la salida. Alonso ganó media carrera adelantando por el exterior a Massa, y Hamilton perdió sus aspiraciones de victoria al ceder ante Rosberg, aunque luego recuperaría la posición en el primer reportaje.
Segundo punto: Los problemas de Vettel (al parecer con el escape, aunque Ron Dennis dice que se quedaba sin combustible, toma ya) que le hicieron ceder tres posiciones, lo que dio como resultado el primer doblete de Ferrari y la primera victoria moral de McLaren sobre Mercedes, al completar el podio Hamilton.

Australia.
Emocionante una vez más la carrera de Australia. Es una pena que este GP nunca sea un ejemplo de la tónica que nos espera para el resto del campeonato, y es que las carreras en el circuito urbano de Albert Park siempre sorprenden. Este año hemos tenido lluvia, abandonos, safety car, estrategias de neumáticos y adelantamientos; poco más se le puede pedir a la F1 moderna.
Calificaron los dos Red Bull (Vettel en pole), seguidos de Alonso y el resto de los ocho de arriba. El domingo, cinco minutos antes de empezar la carrera, se puso a llover. Todos cambiaron rápido a ruedas de mojado, y la salida prometía, bien que prometía. Salió mal Alonso, se puso nervioso, y giró en la primera curva muy cerrado, tocándose con Button y haciendo un trompo. Resultado: último. Schumacher rompió el alerón delantero y se unió al asturiano en su remontada particular, que este año ha de ser seis coches más larga que el año pasado. Un safety regalo de Kobayashi permitió calmar los templados ánimos.

Punto clave 2: En la vuelta 25 Vettel tiene un problema de frenos y abandona, desastre para Red Bull que deja escapar dos victorias en sendos GPs por fallos técnicos (¿demasiado agresivo el alemán?). Button lidera a placer, y Kubica aguanta los ataques de Hamilton por la segunda plaza.
Punto clave 3: Hamilton, Rosberg y Webber entran a cambiar neumáticos, lo que aúpa a los dos Ferrari a P3 y P4 en la primera muestra de que también hay estrategias con los neumáticos: cuidarlos bien tiene premio. En las últimas veinte vueltas vemos como los cuatro de delante, pierden ventaja con los tres que llevan nuevas de forma masiva: se acercan peligrosamente.
Punto clave 4: Hamilton, incapaz de adelantar a Alonso en una lucha épica que dura casi diez vueltas, se queja por radio de lo mucho que se degradan sus ruedas al perseguir de cerca a otro coche. A tres vueltas del final, cuando parece que el asturiano ya va a aguantar, el inglés coge la trazada buena y se pone en paralelo. Alonso apura frenada, clava ruedas y parece que le va a ganar el pulso justo cuando Webber, detrás de ambos, pierde el control de su coche y embiste al McLaren. Ambos pueden continuar pero perdiendo posiciones.
Final: Victoria táctica para Button, sorprendente Kubica en segundo lugar y Massa, incapaz de adelantar en pista, se gana un tercero gracias a los aguantes de Alonso, cuarto.


¡Qué decir de la VBRL2010! ¡Cómo escribir una frase sin decir “emoción” y “brillante”! Esto está cumpliendo todas las expectativas puestas, nuestros patrocinadores gozan de alegría, y sinceramente pienso que la TPA ya está tardando en hablar acerca del campeonato de Fórmula 1 Asturiano más importante de la red.
Si en la primera de estas dos primeras carreras (con alineaciones libres) la dupla Titanlux Caesar-Puzolana Entertainment casi consiguen un pleno (sólo les faltaron los 5 puntos de vuelta rápida), en esta segunda la victoria ha sido para la flamante debutante: Laureus. Ella y solo ella podrá pintar la cara de todos sus rivales durante esta semana.
¿Y mientras tanto quién lidera? Pues, señoras y señores, de forma rotunda y sorprendente, el Grand Mächaka lidera por un estrecho margen de tres puntos. ¿Qué significa esto? Pues además de que lidera la VBRL (como es obvio), el Grand Mächaka Powered Engines Orkestar tendrá el inmenso honor de ser el primer equipo de la VBRL en elegir… ¡el MOR-through! El arma definitiva para acabar con los competidores (o no).
Ahora ya puedo parpadear.