jueves, noviembre 10, 2011

El próximo gobierno

Dice que tiene un plan, y su plan es crear empleo. Fin del post.

Bueno, me lo tendré que currar un poco más que el bueno de Mariano, porque la verdad es que él poco se lo ha trabajado.



Pero así es la política española, tampoco se lo han puesto difícil. Está claro que los dos partidos principales llegaban a las elecciones en una absoluta desigualdad de condiciones. Unos cargando con la responsabilidad política de una crisis financiera a nivel mundial, unido al desprestigio de una pobre gestión de la misma, y otros que simplemente han necesitado del beneficio de la duda. Pero esto ya lo sabíamos, ¿y qué más ofrece la campaña electoral?

Pues el resto son todo incógnitas. Parece mentira que sumergidos en plena campaña no se consigan despejar casi todas las dudas respecto a las intenciones de los diversos partidos, pero la baja calidad del debate político pasa factura, y como en un buen capítulo de Perdidos, tendremos que esperar al próximo, ese que empieza a partir del 20N, para despejar algunas de las muchas preguntas sin responder que, a mi juicio, se van a quedar sin una sola opinión concreta antes del domingo próximo.

La primera y la más importante de todas ellas, es cómo va a afrontar el PP el gobierno. Con la mayoría absoluta en el bolsillo y los 2/3 de la cámara a tiro, quedaremos a merced de Rajoy y de su verdadera imagen. Parece mentira, pero tras ocho años del gallego como líder del partido, todavía no se puede intuir la alineación que elegirá. ¿Coparán los moderados del partido como Gallardón, Basagoiti o Feijoó los ministerios? ¿Cuánta cuota de poder se quedará nuestro Tea Party patrio con Arenas, Esperanzas, Trillos y Pons varios? En resumidas cuentas, la campaña electoral no ha servido para despejar las dudas acerca del talante del nuevo gobierno, y votamos sin saber que versión tendremos dentro de esa tan amplia derecha española. Lo de siempre: todavía no sabemos si los recortes que vienen los harán con la cabeza gacha como han hecho los socialistas durante los últimos tres años, o si los harán con una radiante sonrisa como la que nos ofrecen desde la presidencia de la comunidad de Madrid acompañando a cada perla ideológica que desde allí nos salpica a todos.

Y la segunda incógnita es la más importante: ¿Cuánto más nos obligarán a humillarnos los mercados? Los partidos políticos siguen evitando el principal sujeto de debate, el aspecto verdaderamente crítico de estos tiempos: qué tipo de Europa estamos creando. El euro está poniendo en tela de juicio la ya frágil Unión Europea y las políticas comunes son más que una necesidad, representan la única vía para mantener ese estado del bienestar que prácticamente ha desaparecido -si es que alguna vez existió- del resto de continentes, y Europa era su mayor adalid. En los debates políticos y los noticiarios esto se ha obviado por completo. Se habla mucho de Merkel y de Sarkozy, y de Grecia y de Portugal pero, ¿realmente los partidos han aportado algo? Aquí hay un buen artículo, para los curiosos, que habla de los errores que están cometiendo los gobiernos del viejo continente, pero los partidos han pasado por encima de este tema descaradamente.

Pero bueno, la verdad es que el futuro gobierno no es el único que plantea dudas que han quedado sin resolver tras la campaña. Por mucho que el sistema electoral prácticamente ignore a los partidos nacionales minoritarios, eso no implica que ellos mismos se sigan tirando piedras contra su propio tejado. Ahí está IU, que a pesar de que los sondeos les dan una ligera subida gracias al presunto descalabro del PSOE, sigue su imparable camino hacia la extinción. Y es que es una pena que la izquierda española haya sido incapaz de renovar su discurso, como sí que lo han conseguido los partidos de izquierdas de otros países europeos, y además se auto flagelen con una bicefalia en la que ninguna de las dos cabezas convence.

De UPyD creo que no merece la pena ni hacer comentarios. Se han autoproclamado como tercera vía sin tener un programa concreto, más allá del "votadnos porque somos la tercera vía". ¿Son la tercera vía porque su programa es ser la tercera vía? Creo que no lo entiendo.

¿Y qué decir de los partidos regionalistas?

Pues lo más destacado me temo que será el triunfo de Amaiur. Las encuestas dan un resultado muy apretado en Euskadi, comunidad en la que cuatro partidos pueden conseguir entre cuatro y cinco diputados. Amaiur no sólo está en la pelea, sino que los recientes anuncios de ETA pueden llevar a la formación abertzale a ser la más votada de la región. Eso sería un éxito sin precedentes para su ideología (tras el éxito de las municipales de este año), y puede cambiar drásticamente el mapa político de la región, lo que afectará directamente al proceso de desaparición de la organización terrorista. Aunque el terrorismo parece ya no importar a los españoles, creo que es un momento muy importante para el País Vasco y para toda España por extensión en lo que al problema del terrorismo se refiere, y los próximos cuatro años bien gestionados podrían acabar de una vez por todas con esta lacra, o podrían seguir prolongando su agónico fin. No nos queda más remedio que seguir a la espera.

Y como no, para el final me tengo que reservar al partido favorito de los asturianos. Que el partido de Cascos haya decidido terminar lo que Pelayo no pudo completar, y reconquistar así toda la Península Ibérica como propuesta para llegar a Madrid con partido propio y no como miembro del grupo mixto, no sé si merece reír o llorar,  pero sí que sé que es lastimoso que nuestra región abandere una forma de hacer política berlusconiana, por así decir.

Por supuesto que todas estas dudas no creo que afecten al devenir del país, que nuestro futuro no depende de todo esto, y el partido más importante se juega en el mercado de trabajo, pero sí que creo que esta campaña electoral ha hecho un flaco favor a la política en general, me refiero al debate político; es probable que nunca hayamos tenido uno de tan baja calidad en este país, y eso no nos beneficia.

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