martes, enero 10, 2012

Otro aburrido debate

El otro día me desperté con un curioso regalo en la mesa de noche. Había apuntado en un papel la siguiente frase: “Continuar con el estéril debate sobre la legalidad del matrimonio homosexual es un lastre que impide al hombre llegar a Marte.” Bastante bien. Deduje que la noche anterior, en medio de la duermevela, una repentina inspiración hizo que brotara, aunque ni recordaba haberla escrito ni le encontré mucho sentido al toparme con ella a primera hora de la mañana. A qué vendría eso.

Así que dediqué el día a poner en orden mi cabeza, y a tratar de adivinar qué me había provocado escribir esa frase en pleno sueño y sin poder recordar cómo. Pero claro, la primera parte de la frase no es difícil de situar. De camino al trabajo, en la radio alguien dijo algo así como que “si a mí no me importa que se casen, lo que no entiendo es por qué lo tienen que llamar matrimonio”. Y es que ahora resulta que somos unos apasionados de la semántica en este país.

Pero las aclaraciones no terminaron ahí. En el descanso del café alguien comentó que por qué una niña de 16 años no puede comprar cervezas y sí que puede abortar; en el periódico un político catalán decía que España oprimía a su pueblo al impedirles expresarse en el idioma de su país; por la tarde, en un bar, en el grupo que estaba detrás de mí alguien protestó “¿por qué hablan de la eutanasia? Yo creo que de lo que hay que hablar es del derecho a la vida”; y al llegar a casa escuché a mi vecina gritar a quien tuviera al otro lado del teléfono y a todo el vecindario que por qué a ella la seguridad social no le pagaba el aumento de pechos si a los transexuales les estaban pagando el cambio de sexo. ¿Sigo?


Decía Herzog en la novela homónima de Saul Bellow, que “erramos al figuramos que una vez se ha descrito en los libros la crueldad, ya se ha terminado.” Y yo me permito añadir que podríamos sustituir su “crueldad” por términos como ley de dependencia, aborto, eutanasia, regionalismos, matrimonio homosexual… todos estos debates me pesan, me impiden avanzar como persona, y además me aburren. Por otro lado, es un error pensar que por el hecho de que ya hayamos escrito la solución a todos ellos incontables veces, no vayamos a tener que escribirla incontables más.

Pero que conste que esto no es un ataque contra la libertad de expresión. Todo lo contrario, deberíamos sentirnos empujados hacia nuevos debates, hacia nuevos retos. Y tampoco es un ataque a la religión, o al menos en parte (a pesar de mencionar varias de sus puntas de lanza). No es un ataque directo al pensamiento religioso, sino a los repetitivos debates que los autoproclamados representantes de dios en la tierra se empeñan en mantener en las primeras páginas de la prensa con el único afán de desmarcarse, de parecer algo diferente. Yerran el tiro.

Estamos en el s.XXI, el ser humano ha dejado de tener relaciones sexuales con el único afán de la reproducción desde… ¿cuándo? ¿Hace tres mil años? Dejemos tranquilos a los homosexuales. Luego nos dicen que el problema está en los niños que educan, y aunque no sólo las parejas homosexuales engendran hijos homosexuales, uno intuye que el tiro va por ahí. Sin embargo, ¿cuántos tipos de familias heterosexuales disfuncionales tenemos que soportar? Padres alcohólicos y violentos con sus hijos, egoístas descuidados con sus retoños, veganos que mal nutren a los suyos… me niego a seguir. Tengo casi 30 años. Creo que tengo derecho a no tener que perder el tiempo volviendo a debatir sobre obviedades así. Y además la intención del post iba por otro lado. Me dejaba la segunda parte de la frase.


¿Cómo relaciono el hecho de que temas estériles y propios de civilizaciones ancestrales centren el debate social y político del presente con llegar a Marte? Pues ahí vamos.

Dejemos Marte de lado. Más fácil: la investigación con células madre. Dejando al margen el hecho de que haya que acordar ciertos límites éticos a cualquier tipo de investigación, ¿cómo puede dudar alguien de la necesidad de avanzar en este campo? Pues el mundo no sólo duda, sino que se opone. No nos merecemos esto.

Venga, ahora otro ejemplo un poco más cercano a las estrellas: el CERN. El mayor laboratorio del mundo. La institución fue creada en 1954, y a día de hoy se compone de 20 países miembros, aunque la institución, ubicada entre Francia y Suiza, no está sometida a ninguna de las dos jurisdicciones, por considerarse una institución internacional. En ella participan 2400 empleados a tiempo completo, y 7931 investigadores de 608 universidades y 113 nacionalidades. No está mal para un laboratorio. ¿Y sabéis por qué funciona? Pues porque no está sometido a ningún cuerpo político.

¿Os imagináis qué ocurriría si algún órgano de gobierno, por ejemplo el euro parlamento tuviera algún poder sobre el CERN? Tendríamos que escuchar al político de turno protestando porque no se respeta la cuota del idioma de su país en los artículos que el laboratorio publica cada año; otro preguntaría por el impacto real de los neutrinos en las cifras de paro de su región, ya que a él y a sus conciudadanos no les parecía relevante, y el de más allá reclamaría incrementar la cuota de empleados de su comarca. En conclusión: seguro que acabaríamos desmantelando el CERN, para construir otros 20 aceleradores de partículas, uno en cada estado miembro, para satisfacción de ministros insensatos y votantes necios y para desgracia de la ciencia. Así de fácil se acaba con el conocimiento y el progreso, niños.

La ciencia no puede estar sometida a los ciclos de cuatro años de los políticos. Así mismo, estos no deberían estar condicionados (al mismo tiempo que realimentando) por unos debates pueriles. Parece que en mi frase no me refería solamente a llegar Marte y al matrimonio homosexual, la cosa era bastante más general, pero el ejemplo me vale. Lo que sí que me queda claro es que todos estos debates nos lastran, nos anclan a tiempos pasados, nos impiden mejorar. Nos merecemos otros temas, otros intereses, otras discusiones que nos permitan crecer como sociedad y como personas. Progresar en el ideario común, es una de las pocas vías a través de la cual todavía podemos dejar un mundo mejor a los que vengan después, ahorrándoles discusiones ingratas y egoístas. La idea de llegar a viejo discutiendo sobre los mismos temas con los que tenía que lidiar a los 16 me produce angustia.

Todo esto se trata de vacunarnos frente a la pasividad y a la necedad. No vaya a ser que luego creamos que estamos haciendo la revolución y nos la estén colando. Que nadie se engañe, todo está relacionado. El matrimonio homosexual, Marte y el Estado de Bienestar. Todo depende de que le pongamos un poco más de ganas al asunto.

5 comentarios:

Cris dijo...

Tenemos que hablar del tema otra vez.... Con un vinito delante y tranquilidad :-)

srcocodrilo dijo...

Jajaja.

¡Ya tengo la botella elegida y el sacacorchos preparado!

mitrulk dijo...

llego tarde pero no me resisto a tocar un poco las narices: no es cierto que el CERN se rija por criterios puramente cientificos y no haya ni la mas minima consideracion politica. Es mas, mencionas un ejemplo con cuotas de empleados de comarca como si fuera irreal. Pues no esta muy lejos de lo que pasa en realidad. Cada pais contribuye con un cierto porcentaje del presupuesto, y eso determina el porcentaje de plazas de staff a las que tienen derecho, por ejemplo.

La cuota femenina esta tambien a la orden del dia: me refiero a promocionar a mujeres por encima de hombres mas validos por el hecho de ser mujeres, para compensar el comportamiento opuesto que supuestamente se tuvo en el pasado. Digo supuesto porque no se si el CERN se caracteriza por haber sido una entidad con criterios de contratacion sexistas.

En realidad lo que acabo de decir lo conozco a partir de fuentes primarias con respecto a la ESA, pero bueno el CERN se rige mas o menos por los mismos criterios.

Al resto simplemente añadir que ojala no hiciera falta razonar mas con nadie en lo que respecta a obviedades como el matrimonio homosexual, creacionismo, etc. Pero mucho me temo que en algunos aspectos seguimos en la edad media, y seguiremos mucho tiempo...

srcocodrilo dijo...

It's never too late.

Una cosa es que en el CERN se respeten cuotas presupuestarias, como se hace en cualquier entidad transnacional gestionada con fondos públicos, y otra cosa es que sean los políticos directamente quienes decidiesen sobre las acciones del CERN; las líneas de investigación, los objetivos perseguidos, etc.

Digo lo de comarca deliberadamente (y no uso el término país), imaginando a un asturiano y a un cántabro peleando por si el CERN tiene una docena de unos y media docena de otros...

Para tomar decisiones sobre la gestión de estos organismos se necesitan unos criterios previos. Está claro que esos criterios nunca van a agradar a todos, pero también está claro que hay criterios rotundamente nefastos para el organismo en cuestión, y que sólo obedecen a las necesidades de unos políticos que no están formados en el tema, da la sensación de que tampoco se dejan asesorar, y encima sólo piensan a cuatro años vista. Aquí imagino que estamos de acuerdo en que esto se trata de un lastre para todos.

mitrulk dijo...

Si, no quiero imaginarme a los asesores científicos de Rajoy o Zapatero explicandoles por que hay q buscar el boson de higgs...