lunes, julio 16, 2012

Gante

Gante (en neerlandés, Gent, en francés, Gand) ye la capital de Flandes Oriental, Bélxica.

Esta rexón tuvo habitada en tiempos de los celtes. Etimolóxicamente, el nome Gante vien de la pallabra celta gandaya, que fai referencia a la xente que l’habitaba.

Nel sieglu XVI foi dempués de París la ciudá medieval más grande d'Europa al norte de Los Alpes. Na hestoria yera una ciudá de rebelión y batalles. Anguaño ye la ciudá flamenca con mayor númberu de soldáus.

Empezar así un post puede parecer demasiado contundente, pero así están las cosas en Bélgica; la Uikipedia en su versión en asturianu, nos desvela esta cruda realidad.

Y es que Gante, si por algo es famosa en el mundo, es por su carácter belicista. Bien es cierto que el ejército belga, salvo las gloriosas incursiones africanas que ya mencionamos anteriormente del señor Leopoldo II, puede parecer a los ojos del mundo un ejército poco imponente, pero la realidad es bien distinta. Los belgas siempre han sido feroces combatientes, y la ciudad de Gante es la mayor escuela militar al aire libre del mundo. De hecho, toda la ciudad es una escuela militar. Nada más entrar en el caso antiguo, su lema nos aclara sus intenciones.



Hagamos un poco de historia. Hasta el año 1500 de nuestra Era, Gante había sido otra ciudad comercial más del corazón de Europa, con una predominante exportación de ovejas a Gales (pero eso es otra historia que contaremos en otro momento…). ¿Y qué ocurrió aquel año? Pues nada más y nada menos que el nacimiento del mayor y más glorioso monarca del mundo Occidental, uno de los pocos que intentó conseguir la unión de los pueblos de todo el globo terráqueo en pos de un bien común, rey de reyes, emperador de emperadores y además, español (nacido en Gante, pero español). Hablamos claro está, de Don Carlos por la gracia de Dios Rey de Romanos Emperador Semper Augusto. Por la mesma gracia Rey es de Castilla, de Leon, de Aragon, de las dos Sicilias, de Ierusalen, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorcas, de Sevilla, de Cerdeña, de Cordova, de Corcega, de Murcia, de Jaen, de los Algarbes, de Algezira, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, de las Indias islas y tierra firme del Mar Oceano, Conde es de Barcelona, señor es de Vizcaya e de Molina, Duque es de Atenas e de Neopatria, Condes de Ruysellon e de Cerdenia, Marques es de Oristan e de Gorciano, Archiduque es de Austria, Duque es de Borgoña de Bravante (¡respirad!).

El joven Carlos (Carlitos, para su madre Juana “la Loca”), instruido y preparado desde temprana edad para asumir la totalidad de los cargos que poseía, tomó pronto conciencia de la importancia que tener un buen ejército (o varios) iba a tener en el devenir de su vida. Así que fue allí, en Gante, donde a los 14 años pronunció su famosa frase “donde me den a un belga muerto, ¡que me quiten a un belga vivo!”, y de esta forma definió la profesión de millones de ganteses desde entonces hasta nuestros días: guerreros.



Una bandera en lo alto de la catedral se lo recuerda a diario. “Wolke Sieben” significa literalmente “Guerra Siete”, lema que hace referencia a la convicción de los belgas de que una guerra se gana combatiendo siete días a la semana. Esta gente no descansa.

Gante es un monumento a guerras pasadas y a guerras futuras. Es la Esparta de Centro Europa, y los niños desde bien pequeños son allí entrenados en el arte de la guerra (de Sun Tzu). Las trampas se suceden calle tras calle; la ciudad es una prueba constante, y sólo los más fuertes conseguirán sobrevivir, hacerse adultos, y luchar por su patria en los más diversos frentes. Como sobrio ejemplo del duro entrenamiento al que son sometidos los belgas ganteses desde su más tierna infancia, sirva esta foto de un grupo de “Gekozen Niet“ o “No Elegidos” (así es como llaman los belgas a sus descartes).



Un niño manco, otro cojo, y una pobre disminuida que osó mirar dentro de un cañón. Nuestro propio pudor nos impide publicar la foto que sacamos un instante después, una vez el cañón se hubo disparado. Terrible, pero los ganteses son así. No gastan dinero en “Gekozen Niet”, los eliminan, pues sólo eliminando a los menos fuertes conseguirán mejorar la manada. Esta es su filosofía.

¿Y por qué –os preguntaréis- después de todo el visible esfuerzo que hacen los belgas para crear unas fuerzas de combate de élite, jamás hemos oído hablar del temible ejército belga? Bueno, aunque podríamos debatir largo y tendido sobre esta suposición, y probablemente rebatirla, hay algunos aspectos de la estrategia belga que nos obligan a dar por cierta, aunque sea parcialmente, esta hipótesis. Sirva como por ejemplo esta otra imagen:



Vamos a ver, ¿quién coño construye un castillo en medio del casco viejo, a ras de suelo? Los belgas, quién si no.

1 comentario:

CaesarHec dijo...

aaaahhhhhhh "el grupo de los no elegidos"... cuantos recuerdos de infancia...... eeeeeheehhhhh morenooooo?????!!!!!