- A mí no me importa que los homosexuales se casen. Lo que no me gusta es que lo llamen matrimonio.
¿Más lugares comunes? Pues me temo que sí, amigo, me temo que sí.
Dado que lo había invitado a mi casa y le había servido vino en un vaso que pone coca-cola por un lado y power rangers por el otro, lo menos que podía hacer era interpelarle para que desarrollara su idea. En otras palabras: le dije “¿A qué te refieres?”
- Pues que a mí me parece muy bien que se casen, que yo no les voy a decir que no lo hagan, pero es que eso de que lo llamen matrimonio… Eso no es un matrimonio. De toda la vida un matrimonio es entre un hombre y una mujer. Mira, que lo llamen pareja de hecho si quieren, eso no me molestaría.
¿Y ese es todo tu problema, Arturo? ¿Quieres que nos carguemos los derechos de parte de la sociedad por una palabra? Y Arturo seguía con lo de que por qué no les basta con lo de pareja de hecho, y yo no era capaz de sacarle de su posición. Enrocado él, y yo torpe jugador de ajedrez, no contento con defenderse intentó atacar y continuó a grito de mira lo que dice la RAE, mira, mira:
¿Ves? Lo dice bien clarito, HOMBRE y MUJER. Y yo coño, Arturo, te veo suelto hoy, y patrio, y defensor de la lengua verdadera, la cristiana… Un poco pesadito, a decir verdad, con eso del significado de las palabras, más aún cuando me enseñas la RAE, que ni siquiera ha oído hablar de lo que es la “pareja de hecho”, pero bueno, está claro que no quieres acudir a fuentes jurídicas…
Y entonces nos quedamos en silencio, y cada uno miró su vaso, le dio vueltas, un sorbo, otra vuelta, y alguno cogió una patatita, y por fin algo hizo clic en mi cabeza, y volvió a sonar la palabra clave de todo esto: cristiana. La mente de Arturo es cristiana.
- Oye Arturo. Y entonces, eso de que tengan hijos, ¿qué te parece?
- ¡Ves! ¡A eso me refiero! Eso no creo que esté bien. Si no pueden tener hijos (Arturo pasa por alto las parejas de lesbianas, pero eso se lo perdonamos ya que al fin y al cabo el tiene la palabra ahora), ¿por qué los tienen que tener? La naturaleza es sabia, así que por algo será.
Ya está. Ya sonrío tranquilo. Ya vuelvo a notar el sabor del vino al descender por la garganta, que se me había quedado ahí en la laringe, sólo de pensar que no iba a sacar del enroque a Arturo. Ahí lo tenía ante mis ojos, el rey blanco (Arturo siempre es blanco), más solo que la una, abandonado a su suerte y a merced de… ¿dos peones? Qué coño, yo no necesitaba más.

- Arturo, no entiendo por qué no quieres que las parejas homosexuales tengan hijos.
- Joder cómo eres, cómo se nota cuando no quieres entender. Pues porque eso no es natural, lo normal es que un hijo tenga un padre y una madre, porque los hombres y las mujeres, y esto no me lo puedes negar, somos distintos, y para que un chaval se críe como una persona normal, pues lo justo es que tenga un padre y una madre, ¿o me vas a decir que no estás de acuerdo con esto?
- Arturo, colega, ¿estás insinuando que parejas homosexuales engendran hijos homosexuales?
- ¡Eso yo no lo he dicho! ¡Eso lo dices tú! Pero lo que no puedes negar es que si un chaval tiene dos padres, y los amigos de los padres, porque los gays estos siempre son amigos de otros gays, pues eso, todos los amigos de los padres también son sólo hombres… ¿es que a ti eso te parece normal?
No es correcto vanagloriarse de las victorias fáciles, no es bueno que el Madrid chulee a medio país por meterle siete goles a un equipo al que multiplica su presupuesto por infinito… pero ver a mi peón ahí, solito, sin darle la cara del todo al rey, mirándolo así por el rabillo del ojo izquierdo pero hacia delante, como si estuviera en diagonal, y sabiendo que me tocaba mover…
- Arturo, ¿me quieres decir que todos los homosexuales que conoces, y como dudo que conozcas alguno o te hayas dado cuenta de que tenías uno delante -porque esperas que tengan marcas en la cara, y brazaletes en el brazo para identificarse, so cafre-, te dejo que añadas los de la tele, vienen de parejas homosexuales? ¿Me vas a hablar de que la raza se va a extinguir? ¿Me vas a decir que entre el resto de especies animales no hay casos de homosexualidad? ¿Me vas a insinuar, acaso, que prefieres un padre alcohólico que pega a su mujer y a su hijo, a dos madres cariñosas y respetuosas?
Arturo se enfadó conmigo (no se lo reprocho, le grité un poco, esa es la verdad) pero lo que no sabe, es que lo que le ocurre, lo que siente, se debe a que cuando iba de pequeño a jugar a fútbol con sus amigos y luego se duchaban todos juntos en el vestuario, tenía miedo de mirar las pollas vecinas no fuera a ser que una se le apeteciera. “Ten cuidado, que eso es contagioso” le dijeron, y todavía no ha entendido que lo que se contagia es el gustito, y nada más.
Al rato miré por la ventana y no había nadie en el portal, pero alcancé a ver una colilla en el suelo, pisada con rabia.