Yo escribí un post vampiro

El mito del vampiro está arraigado en muchas culturas, no sólo de origen occidental, también en mitologías orientales aparecen nuestros amigos chupasangres. La figura del vampiro folclórico era la de un ser contrahecho, calvo, de cráneo alargado y dientes afilados. Un ser repulsivo, un no-muerto (Nos-feratu) que se alimenta de la sangre de los vivos y cuya mordedura contagia a la víctima del mismo síndrome vampírico.

Drácula (Bram Stoker, 1897)

Esta imagen de alimaña demoníaca fue suavizada por Bram Stoker en su grandísima Drácula, a la que Oscar Wilde, por cierto, calificó como una de las mejores novelas inglesas de todos los tiempos. Yo la leí hace poco, y no soy tan macho como Wilde, pero os la recomiendo a todos. Aunque decae un poco en la parte central, las 60 primeras páginas son increíblemente espeluznantes. Para la creación del conde, Stoker se basó en un noble rumano, Vlad Tepes, que tenía la sana costumbre de hacerse pinchos morunos con los turcos y que hacía que a su lado, la tribu de Holocausto Canibal parecieran unos amistosos Oompa Loompas. Aún así, el vampiro de Stoker sigue siendo más terrorífico que trágico: aliento pestilente, pelos en la palma de las manos, bastante animal y poco atractivo en general. Pero es inutil. Desde Dracula hasta hoy, los vampiros han sufrido un amariconamiento progresivo: sofisticación, elegancia, romanticismo, Brad y Tom metiéndose mano, etc...

Nosferatu (F.W. Murnau, 1922)

En el cine, el personaje ha sido llevado más de 200 veces a la gran pantalla, en sus versiones de serie A B o Z. El alemán Murnau, en la clásica Nosferatu, fue uno de los primeros, manteniéndose fiel al retrato tradicional del vampiro. Cuentan las leyendas urbanas que el actor protagonista de Nosferatu, Max Schreck, un chicarrón de la europa del este profunda, no necesitó mucho maquillaje para la película. Debido a las misteriosas muertes que acontecieron y a que poco más se supo de él, la sombra de la sospecha vampírica planea sobre nuestro calvo amigo (inter-interpretado por William Dafoe en La Sombra del Vampiro, que cuenta el supuesto rodaje de Nosferatu).

Drácula (Tod Browning, 1931)

Sin embargo, uno de los culpables de la imagen de Drácula que está grabada en el subconsciente de nuestra sociedad, fue el genial húngaro Bela Lugosi. Traje con capa, pajarita, cara blanca... elegancia y gomina a partes iguales. También magnetismo. Aunque a veces pareciese que iba a ponerse a cantar la canción del 6, o algunos piensen que da menos miedo que el indio de los Village People, la verdad es que su imagen sentó precedente... para bien o para mal.

Horror of Dracula (Terence Fisher, 1958)

Otro de los grandes fue el británico Cristopher Lee. Más conocido últimamente como Conde Goku o Saruman y protagonista de un buen puñado de technicoloreadas pelis de Drácula en los 60, por cortesía de la productora Hammer Films, que compró los derechos a la Universal de todos esos encantadores bichitos (la Momia, Frankenstein, Drácula...)

Bram Stoker's Dracula (F.F. Coppola, 1992)

Esto nos lleva a la más fiel de las adaptaciones de la novela de Stoker: Bram Stoker's Dracula de F.F.Coppola. Aquí, es Gary Oldman quien se sale interpretando al noble rumano, en una versión en celuloide más sentimental y lujuriosa que la novela. La gran diferencia, es que todo lo que el tío Stoker insinuaba, que era mucho, en la película aparece escenificado y exagerado. Y lo peor, sin duda, es el Van Helsing buitre y viejo verde que interpreta Anthony Hopkins. Por lo demás, espectacular.

Hasta aquí nuestra sangrienta cita semanal. Que cada uno se quede con su vampiro favorito. Ahora, si me disculpan, voy a picar algo.

(...canción de la semana: Bauhaus - Bela Lugosi's dead...)