jueves, mayo 27, 2010

En medio del baile

Estás en medio de la pista de baile, y ves frente a ti a una mujer que baila como si le fuera la vida en ello. Lleva tatuados unos extraños caracteres en el brazo izquierdo. Te mira. Te decides a acercarte a ella y le preguntas al oído que qué quieren decir esos caracteres.

- Me los como crudos –te responde.

Ella sigue dejándose la piel en la pista de baile, y tú acercas la boca a su oreja y le cuentas que te recuerda la historia de aquel tipo que ligó con una de su trabajo que decían que era muy loba, y cuando después de cenar fueron a casa de la tipa y vio unos cirios de medio metro colgando del techo no pudo evitar preguntarle: ¿qué es eso que cuelga del techo? Y ella le respondió que eran las pollas de los que la habían dejado insatisfecha. Acto seguido, ya en la cama, él le pidió apagar las luces aduciendo que era tímido; además tenía que ir al baño. Sin saber muy bien qué hacer, se fue hasta la cocina, buscó en la nevera y volvió a la cama con un hermoso calabacín. Empezó a trabajársela con el calabacín, adelante y atrás, y se sentía a salvo cuando empezó a oír los gemidos de su amiga. Todo fue bien hasta que la otra gritó: ¡Así me gusta, así, sigue, qué bien!… ¡Qué bueno!, ¡cómo me gusta que empieces por los dedos!

- Es la segunda vez que me cuentan ese chiste esta noche. ¿Qué os pasa a todos hoy? –te dice ella, que sigue sin dejar de bailar pero ya no tan cerca de ti.

Te das media vuelta sin comprender muy bien qué ocurre y por primera vez reparas en la canción que suena, una canción de discoteca de hace más de veinte años como poco. Un poco sórdida, pero cuadra con el ambiente. Te acercas al pinchadiscos y le pides que te ponga “La escuela de calor”, ¿¡Qué!?, La escuela de calor, amigo. Te alejas unos pasos y apuras una copa que resulta tenías en la mano, gin tonic parece. Justo entonces suena un ritmo conocido, y antes de que pase un minuto una voz ya canta que “arde la calle al sol de poniente hay…” La gente levanta el brazo y apunta con el índice al cielo, alguno silba y algún otro se pone a cantar como un desesperado. Has triunfado y lo sabes, aunque nadie parece querer compartir la victoria contigo.

- Esta se la he pedido yo al pincha. Si es que tenía que haber sido músico –le dices a una morena que está a tu lado. Ella te sonríe como si no te hubiera entendido y se da media vuelta.

Deambulas un poco más por la pista hasta que te das cuenta de lo pequeña que es. Sorprendentemente, cuando ya crees que te has fijado en todo el personal, descubres a una mujer que destaca por encima de las demás, parece que la luz la ilumina sólo a ella, y está radiante como ninguna con su vestido blanco. Un poco clásico para tu gusto, pero aún y así te acercas. Ella te sonríe y antes de que le digas nada ya te pone una mano por encima del hombro. Le dices que está muy guapa y ella te responde algo así como “gracias primo”, pero no le encuentras sentido, habrás escuchado mal. Como no suelta el brazo te decides a darle un beso, estiras el cuello, aprietas los labios y llegas a su cara, aunque no podrías precisar muy bien dónde ha impactado el beso, mal no ha ido porque ella te susurra al oído que ella también te quiere, aunque vuelve añadir lo de primo. Definitivamente esta tampoco es la tuya.

Una vez te has zafado de ella y de un tío que te había agarrado por el otro lado para bailar “Paquito el chocolatero”, asumes que es hora de ir a la barra a recuperar la copa perdida, y mientras avanzas te das cuenta de que el Paquito suena tecno; razón de más para llegar a la barra.

En cuanto te ve el camarero te empieza a preparar un gin tonic. Por un lado te agrada que los camareros tengan iniciativa y por otro te jode que no te pregunten, pero tus dudas quedan resueltas cuando al ver tu cara contrariada te dice:

- ¿A estas alturas no vas a cambiar, no? –y tu asientes con la cabeza obediente.

Al terminar de servírtelo intentas pagar pero te no te coge el dinero. Lo intentas otra vez, y otra, y él te sigue negando el dinero. Empiezas a impacientarte porque tu dinero vale tanto como el de los demás, cosa que le haces saber al camarero, pero no parece argumento suficiente para que acepten tu billete de cinco euros. Además parece reírse el muy desgraciado. Justo en el momento en que echas el brazo atrás para lanzarle el billete al camarero desagradecido a la cara, un tipo te agarra el brazo y te coge por el hombro.

- ¡Hombre, mi amigo! ¿Cómo va eso? No te preocupes por pagar que esta la pago yo –y se ríe con una estruendosa carcajada, como si lo del pago fuera gracioso, y tú sólo puedes arrugar la cara para intentar evitar que te reviente el tímpano con su sonora risa.

Te dice que le acompañes, que está con unos amigos estupendos, y te presenta a dos tipos que dicen ya conocerte. Los miras de arriba abajo y encoges los hombros. Tú no te mezclas con esa clase de gente. Ellos recuperan una conversación anterior, que a ti ni te va ni te viene, y te dedicas a mirar a tu alrededor para buscar un grupo mejor.

En ese momento aciertas a ver entre la multitud a una mujer que te mira. Vestido negro, piernas al aire, enseñando cacha, nada mejor para acompañar tu gin tonic. De la que te alejas escuchas cómo tu supuesto amigo les grita a los otros:

- …Como le contaba yo antes a mi amigo, ella me dijo: “me los como crudos”. Así que yo le empecé a contar el chiste del tipo que liga con una de su trabajo que era un poco loba…

La de negro no te ha quitado la mirada de encima mientras te acercas, así que sin dudarlo un instante, en cuanto la tienes a tiro le plantas en los morros el beso más grande posible. Sorprendentemente ella no sólo no te aparta, sino que te agarra por la cadera para que no te caigas. No entiendes muy bien por qué te dice que ya te has vuelto a pasar con la bebida, y que mañana la resaca te la vas a aguantar tú solito, pero tampoco te importa. Si ha dicho algo de la mañana siguiente, eso quiere decir que esta noche te vas a casa con ella; triunfas seguro. Bien por ti.

2 comentarios:

dr.alergia dijo...

ehehe quién se casó?

srcocodrilo dijo...

Una prima de mi compañera de piso.

La foto no tiene nada que ver, es simple gentileza de google.